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Crónica:Fútbol | Sexta jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un penalti muy riguroso da la primera victoria al Racing

Una discutida decisión del colegiado permitió a los cántabros llevarse los tres puntos del Reyno de Navarra

El Racing se apuntó la primera victoria de la temporada y, presumiblemente, salvó la cabeza de su entrenador, Miguel Angel Portugal, tras un partido desigual que logró decantar de su lado merced a un dudoso penalti de Cruchaga sobre Zigic que transformó el brasileño Felipe Melo.

El Racing consiguió llegar milagrosamente vivo a la segunda mitad del envite y, ya con el marcador de cara, acertó a lidiar con los imponderables de una contienda que, pese a sus claras ocasiones, dejó en evidencia a un Osasuna que acabó desquiciado.

Apremiado por las circunstancias, urgido a reaccionar, el Racing visitó a Osasuna con una tranquilidad más cercana a la blandura que a la seguridad propia de un equipo que se sabe dueño de sus actos.

Los desajustes defensivos jalonaron las primeras acciones de un duelo tan parco en intensidad como repleto de imprecisiones. La iniciativa local contrastaba con la aquiescencia de un Racing que, lejos de morder, dudaba peligrosamente en labores de cobertura.

Así las cosas, el conjunto rojillo se hizo con el control aparente de un encuentro que los dirigidos por Portugal, demasiado condescendientes, trataban de cortocircuitar en torno a Puñal y Raúl García.

Las apariciones iniciales de Webó, que merodeó el gol en un par de lances urdidos por Delporte desde la izquierda, derivaron en el paulatino arrinconamiento de un Racing sin salida y, lo que es peor, sin la más mínima solvencia defensiva.

Esa falta de consistencia se convirtió en la principal amenaza de un once que, superada la media hora, consiguió expulsar a Osasuna de su terreno. Había transcurrido más de media hora y, a excepción de un buen centro de Scaloni al que Zigic no supo ponerle réplica, el balance ofensivo cántabro se revelaba inexistente.

A falta de argumentos ofensivos y con Osasuna instalado en un paréntesis más ligado a su falta de ideas que al habitual respiro físico, el partido fue languideciendo hasta que el trencilla, especialmente celoso con Zigic, decretó el final del primer periodo coincidiendo con una andanada lejana de Colsa.

Penalti riguroso

En la reanudación, Osasuna amagó de entrada con un pase interior de Corrales que Delporte prolongó para, ya cerca de la línea de fondo, servir un pase atrás que Milosevic envió alto con todo a favor. Fue el primer aviso y, en todo caso, el anticipo de una nueva combinación entre el francés y el ariete serbio que concluyó con un chut desviado del zurdo sobre la salida de Toño.

La fragilidad defensiva volvía a erigirse en la principal amenaza para el porvenir de un Racing que, de repente, se encontró con un rigurosísimo penalti por empujón de Cruchaga a Zigic. Melo, hasta entonces inédito, no perdonó.

El tanto descolocó a un Osasuna más productivo que entonado y, como es lógico, reforzó las evoluciones de un Racing que, a falta de contundencia, optó por sazonar el choque de interrupciones, de parones tácticos.

Ziganda trató de sacar a su equipo del atasco recurriendo a Soldado en lugar de Webó, pero el ex ariete merengue no hizo sino acentuar la impotencia pamplonica con un doble remate a bocajarro que Toño, soberbio, rechazó con su cuerpo.

La precipitación local derivó en una alocada carrera en busca de una igualada que Zigic a punto estuvo de convertir en sentencia a partir de un cuero largo que Munitis cazó y, en medio del barullo, el serbio casi engatilla.

De ahí al final, dos opciones por bando (Zigic y Milosevic) y un sin fin de parones fiel reflejo de la tensión de unos y la impotencia de otros. El Racing no fue mejor, pero sí más resolutivo y eso, a la postre, fue lo que decidió.

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