El Celta sumó sólo un punto de los tres que mereció

El Celta arrancó un empate del Sardinero al remontar, por mediación de Iriney, un gol del techo de la Liga, Zigic, pero el resultado puede considerarse corto para el conjunto gallego, ya que, en la segunda parte, dominó a placer a un Racing que acabó jugando a la deriva y que sigue sin ganar un partido.

Tal y como fue el desenlace del encuentro el resultado puede considerarse bueno para el Celta, al fallar el Racing un penalti en el tiempo añadido. El encuentro empezó muy igualado, con muchas imprecisiones en el pase de dos equipos que jugaban demasiado en horizontal, sin ideas para superar la presión a que se veían sometido cuando tenían el balón en su poder.

El Celta fue el primero en llegar con peligro, en un contragolpe del brasileño Fernando Baiano, que se coló entre los centrales del Racing para encarar a Toño con un disparo raso que repelió el poste. Y, apenas dos minutos después, Aspas ponía a prueba al portero local con un disparo desde treinta metros que detuvo Toño en dos tiempos.

También el Racing tuvo su opción cuando Munitis sacó un córner al primer palo, para que el gigante serbio Nicola Zigic ganara en el salto a los defensas y picara de cabeza un balón que salió ligeramente desviado.

Pero, sin duda, la ocasión más clara del primer periodo fue para el conjunto cántabro, que primero pudo marcar en un disparo de Zigic que despejó en corto Pinto, para que Melo rematará a su vez y el portero despejara a córner.

Y, en el saque de esquina, volvió a funcionar la conexión entre Munitis y Zigic, al superar éste en el salto a la zaga, para marcar su tercer gol de la temporada (los mismos que lleva el Racing) ajustando el balón a la base del poste.

El delantero serbio quedó conmocionado durante unos minutos, pero acabó reincorporándose al terreno de juego y fue recibido con una gran ovación. Tras el gol el Celta quedó "tocado" y el Racing dominó y pudo aumentar su renta en un remate de cabeza de un Felipe Melo que se encontró en el punto de penalti libre de marca, por la excesiva atención prestada por la defensa gallega al peligroso Zigic.

En la segunda parte el técnico Miguel Angel Portugal sentó a un gris Balboa, dio entrada a Matabuena y pasó de jugar con un 4-4-2, a un 4-1-4-1, pasando a Munitis a la banda izquierda y situando a Antonio Tomás entre la defensa y los centrocampistas.

Prácticamente todo el peligro que se creaba en las áreas llegaba en jugadas de estrategia. Así, el Celta pudo empatar con un remate de Baiano, en el segundo palo, que despejó Toño bien colocado; y, por el Racing cada jugada a balón parado planteaba muchas dificultades a los gallegos por la presencia de Zigic que daba mayor libertad a sus compañeros.

Sin embargo, el empate llegó en una jugada iniciada por banda derecha, que tras un rechace fue a parar a pies de Iriney para que el brasileño batiera a Toño cruzándole el balón al poste derecho desde el vértice del área. Los jugadores racinguistas, afectados por el empate, corrían como pollos sin cabeza ante un Celta que creaba mucho peligro, pero sin puntería. El público, disgustado por el forma que tuvo Portugal de mover el banquillo, se manifestó con gritos pidiendo la dimisión de Portugal. En el tiempo añadido, el Racing pudo sumar su primera victoria de la temporada con un penalti sometido sobre Zigic que Cristian Alvarez estrelló en la escuadra.