Iban Mayo gana la Vuelta a Burgos

El ciclista de Euskaltel-Euskadi Iban Mayo se proclamó ayer por la tarde campeón de la XXVIII edición de la Vuelta a Burgos, tras la disputa de la quinta y última etapa (Miranda de Ebro-Burgos, 174 Km.), que se adjudicó el corredor de Illes Balears José Iván Gutiérrez.

José Iván Gutiérrez, que saltó del pelotón a dos kilómetros del final, hizo valer una ventaja de ocho segundos a su paso por el último kilómetro y cruzó en solitario la línea de meta de la avenida de la Paz de la capital burgalesa con un tiempo de 3 horas, 51 minutos y 22 segundos. Un final emocionante para una etapa rápida que, al igual que sucediera en las dos primeras, tuvo tres partes bien diferenciadas que pueden concretarse en la búsqueda de la escapada buena, en primer lugar; su consolidación y decaída, en segundo lugar y, por último, la absorción por parte del pelotón de los fugados que dio paso a continuos demarrajes en los últimos diez kilómetros.

Un planteamiento que los 132 supervivientes que tomaron la salida en Miranda de Ebro siguieron al pie de la letra, ya que el banderazo de salida coincidió con el salto de cinco hombres que, lejos de conseguir marcar diferencias, avisaron de lo que vendría a continuación. Y no fue otra cosa que el intento de otros cinco hombres que en el kilómetro quince tan sólo arañaban 8 segundos al pelotón y que dieron paso a José Joaquín Rojas y Nacor Burgos que lo quisieron intentar en solitario en el kilómetro 30, a la altura de Barcina del Barco.

Los intentos hasta el kilómetro 38 fueron múltiples, aunque la primera escapada seria de la etapa se formó cuando ocho corredores, entre los que se encontraban, Juan Carlos Domínguez, Diego Gallego, Aaron Olson y José Luis Carrasco, entre otros, tomaron la cabeza de carrera y consiguieron abrir hueco. Una vez superada la meta volante de Frías, en el kilómetro 39, y en donde puntuaron Iván Gilmartín, Nico Symens y Angel Gomez, se incorporaron a este grupo de ocho otros cinco hombres, formando un grupo de trece en cabeza que fue absorbido un kilómetro más adelante. Cuando los hombres de Illes Balears y Euskaltel volvían a poner un poco de orden en cabeza de carrera, fue cuando saltaron Juan Carlos Domínguez y Angel Gómez que no consiguieron más que 19 segundos respecto del pelotón.

Justo cuando el pelotón volvía a dar caza a los hombres fugados, y cuando se comunicó el abandono de Paul Manning y José Cayetano Juliá se cubría la primera hora de carrera con un promedio de 47 kilómetros por hora. Todavía en esta primera parte de la etapa, cuando se fraguaba la escapada definitiva, se formó en cabeza de carrera un grupo de treinta unidades del que posteriormente saltaron nueve, entre ellos, Elías, Bernabéu, Escobar y Mejías que consiguieron una diferencia máxima de un minuto y medio.

En el kilómetro 100 de etapa, a la altura de Cerezo del Río Tirón, saltó del pelotón Juan José Abril (Viña Magna), que tras unos metros de ventaja, vio como se le unían en cabeza Mikel Artetxe y Ghyllebert para darle forma a la escapa buena de la jornada. Antes de esto, la carrera dejó atrás el Alto de Portillo de Busto, en donde pasó primero Ghysalberti, y la meta volante de Briviesca, en donde el primero fue Escobar. Artetxe, Abril y Ghyllebert, que consiguieron una diferencia máxima de 4:12, fueron alcanzados después de la meta volante de Pradoluengo por Bernabéu y Mosquera, ambos del Comunidad Valenciana, que viajaron durante muchos kilómetros entre los tres corredores cabeza de carrera y el pelotón con unas diferencias que fueron de más a menos.

A 25 kilómetros a meta y una vez cazados Mosquera y Bernabéu, el pelotón aceleró la marcha hasta que consiguió neutralizar la escapada a falta de doce kilómetros para el final, cuando se dejaba atrás la localidad de Castrillo del Val. Ya en las calles de Burgos, y pese al intento desesperado de Diego Gallego, Deniel Moreno y Alexis Rodríguez por romper la tradición no escrita del sprint, ningún equipo consiguió controlar esas primeras posiciones del grupo.

Tal es así que, a falta de cuatro para la línea de meta, saltó Iván Gutiérrez que tras observar que nadie salió a su rueda echó el resto, se fue en solitario y marcó unas diferencias que no pasaron de quince segundos pero que le sirvieron para entrar en solitario en la última línea de meta de la XXVIII edición de la Vuelta a Burgos.