Los penaltis decidieron lo que no hizo el fútbol

Suiza y Ucrania fueron incapaces de generar fútbol durante 120 minutos y se lo jugaron todo en la primera tanda de penaltis de este Mundial. Desde los 11 metros, los más acertados fueron los ucranianos, sobre todo su portero Shovkovskyi.

El fútbol que se está viendo en los octavos de final del Mundial es decepcionante y está traicionando todo lo bueno que se vio en la primera fase. Es la hora del temor y el miedo a perder está anulando las ideas. La tensión embarulla los partidos, acaba con la diversión e iguala a las selecciones, pero las iguala por lo bajo. Los buenos no lo parecen tanto y los pequeños se animan, se ilusionan y crecen. No se ven inferiores y se creen con el derecho de dar la sorpresa. Por eso, equipos como Suiza y Ucrania, que no pasan de ser selecciones de un nivel medio, pueden mirar a la cara sin asustarse a combinados históricos.

Suiza, que no pudo contar con el central Senderos, lesionado, tiene un presente aceptable, con un buen nivel técnico, pero es en el futuro donde debe explotar todo el potencial de esta nueva generación surgida de la inmigración. Ucrania vive de Shevchenko y del físico. Es un combinado incómodo que quedó retratado contra España, que aireó todas las miserias de los compañeros de Sheva.

La técnica suiza contra el físico ucraniano. El que fuera capaz de imponer su estilo se enfrentaría a Italia en cuartos de final. Suiza lo consiguió durante buena parte del primer tiempo, cuando logró adueñarse del balón y marcó el ritmo adecuado a sus condiciones. Sin embargo, apenas logró hacer daño a Ucrania, a la que le faltaban sus dos centrales titulares por sanción y que se pasó la noche buscando de forma inútil el contragolpe. Sin metros por delante, Shevchenko, Voronin y Vorobey dan menos miedo.

Frei y Barnetta, con sus diagonales, probaron la fiabilidad de la defensa ucraniana, que salió del trance sin problemas. Sólo se vieron en apuros en una falta lanzada por el propio Frei, que mandó el balón al poste. Antes, en una falta sacada por Kalynychenko, el balón cabeceado por Shevchenko también acabó en el poste. Era el minuto 20 y el nuevo delantero del Chelsea no volvió a hacer acto de presencia hasta el 68, cuando un disparo suyo desde fuera del área rozó el palo. Escasa aportación para uno de los mejores delanteros del mundo.

Nada de riesgos

Entre medias, dominio infructuoso de Suiza, demasiadas imprecisiones y pocos riesgos. En estas eliminatorias a partido único, los equipos que se clasifican son los que más aciertan en ataque, pero también los que menos se equivocan en defensa y eso es algo que suizos y ucranianos tuvieron muy claro, para desgracia del sufrido espectador, desde el primer minuto. La incertidumbre por el resultado y por saber quién seguiría en el Mundial era lo único que ayudaba a mantener la atención del que ha sido, hasta ahora, el partido más aburrido de todo el torneo.

La incapacidad de las dos selecciones para hacer algo decente en ataque sólo podía llevar el partido a la prórroga. La prórroga, que es ese periodo de 30 minutos que el reglamento obliga a jugar para poder llegar a los penaltis y en el que las pocas ocasiones que se vieron nacieron más del cansancio de los futbolistas que de su talento. La más clara, una de Streller que desbarató Husin.

Lo bueno que tienen los penaltis es que ahí siempre gana el que más acierta y esta vez los más acertados fueron los ucranianos, sobre todo su portero Shovkovskyi, que detuvo dos lanzamientos y convirtió en una anécdota el error de Shevchenko. Los suizos fallaron sus tres lanzamientos.