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Crónica:Croacia 2 - Australia 2 | ALEMANIA 2006
Crónica
Texto informativo con interpretación

Australia hace historia

La selección oceánica remonta en dos ocasiones un encuentro en que los croatas exhibieron una cara demasiado conformista

Harry Kewell dio la clasificación a su selección en un partido lleno de ritmo y que pudo ganar cualquiera de los dos, aunque el empate final hace justicia. A Australia le espera Italia en octavos de final. Croatas y australianos se enfrentaban en uno de los encuentros que cerraban el grupo F, y debía ser un encuentro a cara de perro.

Especial Alemania 2006
Foro del Mundial (nueva herramienta)

Croatas y australianos se enfrentaban en uno de los encuentros que cerraban el grupo F, y debía ser un encuentro a cara de perro. Si la lógica (un factor poco fiable hablando de fútbol) se imponía, Brasil vencería a Japón, dejando como candidatos para la segunda plaza a los equipos que se enfrentaban en el Gottlieb-Daimler-Stadion de Stuttgart. A Australia, que seguramente ni se imaginaba verse en estas circunstancias, era la que mejor lo tenía. Su victoria ante Japón hacía que el empate les valiera para alcanzar la segunda fase. Los croatas no podían hacer otra cosa que ir a por el partido. De nuevo la lógica los hubiera considerado como favoritos, pero eso era antes del comienzo del Mundial. Visto lo visto todo estaba preparado para un partido apasionante.

Y vaya si lo fue. A los dos minutos de juego Croacia se adelantaba en el marcador mediante una falta magistralmente lanzada por Darijo Srna, que se resarcía del fallo en el penalti ante Japón, en el partido anterior. Parecía que la salida de Croacia iba a ser demoledora, pero los australianos no se vinieron abajo, y tan sólo cuatro minutos después del gol, forzaron un penalti en el área croata que el colegiado inglés Gram Poll no vio o no quiso ver.

Australia no disputaba un Mundial desde 1974, casualmente también jugado en Alemania, y debió pensar que oportunidades como esa no se presentaban todos los días. Y es que no era para menos, no era un partido para ser conservador y verlas venir. Los australianos se hicieron con el control del balón y comenzaron a llegar con cierto peligro al área rival. Por el contrario fueron los croatas quienes se encerraron en su área, no por que fuera la estrategia predefinida, sino por que el acoso de su rival no le permitía otra opción.

Tras media hora de juego el partido se tranquilizaba por momentos. El juego australiano seguía siendo directo y dominaba a su rival, aunque ya no con tanta claridad. Además Croacia amenazaba cada vez más con una contra bien construida que aumentara su ventaja. Ahora más que nunca, cualquiera de los dos estaba en condiciones de perforar la portería del equipo rival. Las ocasiones más claras llegaron del lado australiano mediante sendos tiros lejanos, primero de Kewell y luego de Culina.

Croacia estaba centrada en la defensa, y Niko Kranjcar, el mejor hombre del equipo entrenado por Zlatko Kranjcar, no estaba en disposición de servir balones a Dado Prso. Pero la presión australiana terminó por asfixiar a los balcánicos, y Dario Simic no encontró otra solución para frenar a su rival que agarrar a Cahill dentro del área. Penalti transformado por Craig Moore y Croacia que tenía por delante la difícil labor de volver a levantarse. El principal obstáculo que se les presentaba era el renovado ánimo de su oponente, no sólo por el gol conseguido, sino por la solvencia con que resolvieron la situación adversa en la que se encontraban. De cualquier modo el tiempo se agotaba y habría que esperar a la reanudación.

Segunda parte apasionante

El paso por los vestuarios serenó los ánimos de los pupilos de Guus Hiddink, que trataron de mantener la posesión del balón sin arriesgarlo. Lo que iban camino de conseguir era más importante que una simple victoria.

Los croatas lo seguían intentando, pero sin perder la calma y dejándose guiar por Kranjcar, que entraba más en juego que en la primera mitad. Finalmente la presión ejercida sobre la portería "aussie" dio resultado, y Niko Kovac, con la inestimable ayuda de Zeljko Kalac, adelantó de nuevo a Croacia con un inocente tiro lejano. El guardameta suplente australiano (es inexplicable que no jugara Schwarzer) acababa de protagonizar la cantada más memorable del campeonato, al menos hasta el momento.

De nuevo Australia tenía la patata caliente, y Hiddink reaccionó dando entrada a Aloisi. Su homólogo croata respondía retirando a Kranjcar e incorporando a Ivan Leko, o lo que es lo mismo, retirando las ideas e incorporando la brega. Si las cosas se torcían, las críticas para Zlatko Kranjcar serían enormes.

Como era de esperar con las cartas que se encontraban sobre el tapete, el ataque australiano se convirtió en una constante. El gol parecía andar cerca, y estuvo a punto de llegar en una embarullada acción, en la que no se supo si el balón había entrado o no, y que el árbitro resolvió señalando falta a favor de los europeos por falta a Pletikosa. Fue tan sólo unos minutos después cuando llegó el tanto australiano. Su autor fue Harry Kewell, que hasta el momento estaba cuajando una buena actuación, tras rematar un balón peinado por Aloisi. De nuevo Australia se metía en octavos y el seleccionador croata que debía estar deseando que le tragara la tierra.

Tras el gol, a los croatas les entraron las lógicas prisas y los nervios se adueñaron de ellos. Además no tenían a su mejor arma, sustituida hacía ya mucho tiempo, y la impotencia se adueñó Dario Simic, que fue expulsado por protestar una acción sin gran importancia.

Los últimos cinco minutos de encuentro fueron frenéticos, y los acontecimientos se sucedían sin pausa. Primero la defensa australiana es la que saca, prácticamente bajo la línea, un balón rematado por Tudor, reconvertido en improvisado ariete. A continuación el colegiado expulsa a Emerton por doble amonestación. Las fuerzas estaban equilibradas y la tensión no podía ser mayor. Croacia no cesaba en su empeño, pero de ahí al final no hubo más oportunidades. El final llegó en medio de una confusión provocada por el colegiado, que expulsaba a Simunic tras pitar el final, cuando de nada servía.

Australia acababa de conseguir una brillante clasificación para cuartos, donde se enfrentará con Italia, que deberá de tener mucho cuidado con un equipo humilde pero con gran corazón y que nunca se rinde. Quién lo dude, que vea de nuevo el partido.

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