El Alavés supera al Sevilla y saca la cabeza del pozo
Los jugadores de Alavés y Sevilla hicieron el pasillo a los colegiados sobre el césped de Mendizorroza. Como a los campeones. A Velasco Carballo, el encargado de dirigir el encuentro, parece que se le subió a la cabeza y decidió que, efectivamente, ayer era su día. Se convirtió en el protagonista de la tarde.
Vitorianos y sevillanos se jugaban seguir vivos en la lucha por la permanencia y alcanzar los puestos de Liga de Campeones, respectivamente. Más necesitado el Alavés, ninguno de los dos merecía sufrir la actuación de Carballo. Es cierto que el resultado no estuvo directamente condicionado por sus controvertidas decisiones y su actitud arrogante, pero a punto estuvo de cargarse un partido que permite al Alavés verse en la clasificación fuera de los puestos de descenso.
El primer cuarto de hora fue intrascendente. No ocurrió nada. El Alavés controlaba el juego pero tenía un boquete por la banda izquierda que Navas explotó durante todo el choque para inquietar a la defensa vitoriana. Por allí empezó la jugada del gol de Saviola, que remató a placer dentro del área pequeña.
El tanto del argentino, que no hizo nada más en toda la tarde, era demasiado premio para los hombres de Juande Ramos. Poco después llegó la jugada que empezó a condicionar el partido. Curiosamente Velasco Carballo acertó. El Sevilla cedió un córner absurdo cuya ejecución se saldó con penalti y expulsión del central Aitor Ocio por sacar con la mano un balón que se colaba en la red de Palop.
Parecía la jugada clave, pero Nené no acerto con el lanzamiento y durante los minutos posteriores el Sevilla hizo posiblemente su mejor juego. Pero el Alavés no se descompuso. Necesitaba ganar y trató de hacer todo lo posible para lograrlo, apoyado en el impresionante despliegue de Astudillo, omnipresente sobre el césped. Marcó primero Nené con un gran disparo a la escuadra, y posteriormente lo hizo Bodipo, en el último minuto del primer tiempo.
A la vuelta de los vestuarios el árbitro decidió reclamar su protagonismo, decisiones incomprensibles, ensalada de tarjetas, expulsó por roja directa a Bodipo y Juanito, y lo que es peor, miradas y gestos desafiantes hacia los jugadores. En esas condiciones, el Alavés bastante tuco con conservar el resultado para sacar la cabeza del pozo.
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