Manzano da un nuevo aire al Mallorca
Gregorio Manzano ha puesto la primera piedra para lograr en Mallorca lo que parece una odisea para el Málaga. Su equipo fue mejor de principio a fin y el fútbol desplegado augura cierta esperanza para el cuadro bermellón. Por lo pronto, logró lo mismo que Manolo Hierro en su estreno, romper la inercia de malos resultados que obligó a Héctor Cúper a tirar la toalla.
Cara para el conjunto balear y cruz para un Málaga que ve cómo la revolución que anhelaban con el nuevo entrenador se queda en las buenas intenciones de un efímero primer partido. Con 14 jornadas por delante y un calendario próximo más que complicado, ser colista a estas alturas de la película parece un reto difícilmente salvable. La única esperanza para los de La Rosaleda es lo apretada que está la zona de descenso.
Hierro sacó un equipo más ofensivo de lo habitual buscando el segundo triunfo de la nueva era. Pero tener peloteros en el campo y no llevar el peso del partido es sinónimo de fracaso. Con todo, la tarde pudo ser peor, si bien Arnau estaba empeñado en hacer olvidar a los suyos el error garrafal de la pasada jornada en Vitoria. El catalán se erigió en el protagonista de la primera mitad al evitar dos goles del Mallorca. Nada más arrancar el choque, Arnau le sacó un cabezazo a un Arango que hacía las funciones de delantero. En los instantes finales del primer asalto, impidió, de nuevo, que los de Manzano se adelantarán en el marcador. Voló para sacar un excelente disparo de falta de Pisculichi, uno de los jugadores más activos del conjunto balear. La soberbia parada le costó caro al portero malaguista pues antes del descanso tuvo que pedir el cambio lesionado.
Arango, el mejor, comandaba a los suyos y Pereyra y Basinas se bastaban para liderar el centro del campo. Muy incómodos en labores defensivas, a los pupilos de Hierro les costaba un mundo llegar a la meta contraria. Sin balón y sin ideas, un estéril disparo desde fuera del área del portugués Edgar fue el único bagaje ofensivo de una primera mitad que dominó el Mallorca y de la que mereció salir vencedor.
Tras la reanudación, el patrón de juego fue idéntico a lo visto hasta el momento. El malaguismo se impacientaba ante la falta de recurso de su equipo. El gol balear tuvo que llegar tras el enésimo gazapo defensivo del Málaga en lo que va de temporada. Pisculichi no desaprovechó un centro al área y el posterior error de Ribeiro para batir a Goitia por bajo. Escasa fue la reacción local, que vio cómo Prats sólo apareció al final para sacar un zurdazo de Ribeiro. El que no falló fue Campano que marcó un golazo en las postrimerías del choque que fue aplaudido por el público local, hastiado del fútbol de los suyos.
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