El Deportivo se encuentra el triunfo
Los de Caparrós ganan en la prolongación un partido que el Betis dominó, pero no controló
Barato, de liquidación de existencias por lo que den. Así fue el encuentro que tuvo lugar en Heliópolis: sin gracia y oportunista. El Betis se disgusta en cuanto se ve y el Deportivo hay veces que hasta parece preferir no verse con tal de sacar algo en limpio. Aprovechó uno de tantos fallos inadmisibles de un jugador del Betis —Melli intentó regatear, de tacón y de espaldas, a un defensa deportivista tras el saque de un córner—, montó un contraataque, metió un gol en el tiempo recuperado y se llevó una victoria que nunca mereció porque nunca pareció quererla.
El club sevillano tiene un presidente, Manuel Ruiz de Lopera, condenado a pagar una fortísima multa por irregularidades fiscales en la gestión de la sociedad deportiva. Además, no asiste a los partidos como gesto de protesta por la repulsa de la grada sobre lo que hay y lo que pasa en el terreno de juego. Los canteranos levantan la voz sobre lo injusto de sus sueldos. El entrenador, Llorenç Serra Ferrer, dice estar más comprometido con el Betis que antes, cuando sus palabras, dichas en un almuerzo, propuesto por él, con los medios de comunicación, suenan más alejadas que nunca. El principal valor económico y afectivo del equipo, Joaquín, está fatal y el descenso es una amenaza cada vez más real para un conjunto que viene de culminar la mejor campaña de su historia. ¡Ah!, y los fichajes de refuerzo, Tardelli y Robert, no han añadido nada. El juego del Betis así vivido es flojo. Ni sabe dominar ni dejarse. Le cuesta elaborar y evitarlo. Ayer dominó el partido, pero no supo ganarlo.
El Deportivo no tiene el alma rota. Ni mucho menos. Le va relativamente bien en la Liga y muy bien en la Copa. Además, le entrena Joaquín Caparrós, en cuyo breviario figuraba que hoy no tocaba jugar. En la primera mitad, el Deportivo se dejó mandar y acabó mandando en el centro del campo. De Guzmán y Munitis son los mejores peones del esquema de Caparrós. El primero estuvo muy acelerado, pero evitó, en el minuto 11, un gol del Betis despejando la pelota con los pies dentro de la portería y la cabeza, con la que repelió el balón ligeramente fuera. Esa ocasión, sumada a un taconazo de Tardelli que paró Molina a los cuatro minutos, fue todo el peligro que consiguieron los verdiblancos en la primera mitad.
El Deportivo prefirió penetrar por la izquierda, con Romero de interior improvisado. A los 23 minutos, Tristán fue capaz de irse de Juanito y taconeó un pase a Munitis, que tiró fuera. El progresivo e inapelable cerco del Deportivo a punto estuvo de acabar en gol. Un ataque posicional deportivista y tras varios despejes a la frontal del área acabó con un chut de Víctor, que pegó en el palo izquierdo de Doblas y se fue fuera. A siete minutos del descanso, Duscher también se encontró con el larguero en su intento de anotar.
En la segunda mitad, el Deportivo fue aún más especulador, en la misma medida en la que echaba en falta las fuerzas gastadas el jueves en el partido de Copa frente al Espanyol. Assunção había sustituido por lesión a Capi antes del descanso. El manejo de la pelota por parte de los verdiblancos no mejoró, pero aprovecharon los metros que les regaló Caparrós para intentar ganar. Joaquín lo intentó todo y casi todo le salió mal. Ya no busca las esquinas del campo para actuar y, por el centro, es más fácil de desarmar. Dani falló un gol cantado (m. 61) y el propio Joaquín no acertó a empalmar un buen pase. Cuanto más parecía que dominaba, más vulnerable se volvía el Betis. El Depor se encontró con la frivolidad de Melli Duscher condujo con maestría, Arizmendi templó de maravilla y Rubén la clavó como la clavan los arietes. Y el Depor ganó un partido que pareció no haber querido y se encontró con una victoria que devuelve al Betis a los tembleques. Probablemente, el partido sólo le gustó a Caparrós.
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