Son Moix anula al Mallorca
El equipo de Cúper no despierta en casa e iguala ante un Getafe que pudo ganar
El Getafe arrancó un punto en su visita al colista Mallorca, pero salió de Son Moix con la moral del vencedor. Y eso que los madrileños pudieron haberse llevado el gato al agua. Encararon el partido con velocidad y claridad, y a los quince minutos ya habían sumado tres clarísimas ocasiones claras de gol. El ex mallorquinista Güiza desaprovechó dos, entre ellas un mano a mano ante Prats, y Cotelo no supo culminar la tercera.
Enfrente, un Mallorca al borde del soponcio, con los nervios a flor de piel y el corazón en un puño, que dudaba de cada pase, de cada cambio de orientación, de cada movimiento de cierre. Los jugadores del Mallorca son víctimas de un miedo escénico invertido, juegan con la bota agarrotada y una oreja puesta en la grada, para detectar el más mínimo signo de protesta de una afición que acude al campo porque le regalan las entradas y vuelve a casa con la paciencia ya colmada. Así juega el Mallorca en Son Moix: peor que si lo hiciera en campo contrario.
Los argumentos ofensivos del equipo de Cúper no enamoran a nadie, y menos cuando se planta delante un rival que sabe ejercer la presión adecuada. Los potentes zapatazos del portero Prats fueron, durante buena parte del encuentro, su gran baza atacante. Este tristísimo a ver quién la pilla sólo dio paso a un juego más raso cuando el Getafe bajó el ritmo y liberó al hasta entonces asfixiado centro del campo balear. Tras el arreón inicial, los de Schuster comenzaron a contemporizar y permitieron que el Mallorca se estirase, ayudado por la entrada del medio griego Basinas.
Fue así como llegó, tras una carrera de Pisculichi por la izquierda, el gol de Arango. El venezolano entró solo y enchufó una volea que botó ante el portero antes de colarse por la escuadra. El Getafe pasó serios apuros durante esa fase del partido, pero halló el antídoto en una jugada a balón parado. Hubo un balón colgado al área, un remate al palo, un rebote en el portero y una bota oportuna, la del capitán madrileño Vivar Dorado, que resolvió el galimatías y certificó la igualada final. El Getafe se contentó con este resultado, todo lo contrario que el Mallorca, que se veía ya con la victoria en el bolsillo y tres puntos que le permitirían abandonar el último puesto de la clasificación.
El equipo de Cúper dio muestras de una cierta mejoría en defensa, con la aportación destacada del central portugués Nunes, incorporado en el mercado invernal. Su gran lastre sigue siendo la construcción del juego. Por su parte, el Getafe pecó de irregularidad. Ante un rival sin norte como el de hoy, a los de Schuster les hubiera bastado con mantener el acelerador apretado durante un ratito más para haber cazado la victoria.
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