Mark González saca de apuros a la Real Sociedad

Si los fichajes se miden por goles,se diría que la nueva Real, que ayer estrenó entrenador (Gonzalo Arconada) y dos futbolistas (Viáfara y Mark González), ha acertado de pleno. González le dió ayer el gol de la victoria a su nuevo equipo, Skoubo que ya lleva dos en cuatro partidos, le puso por delante, Stevanovic marcó un gol inservible la pasada semana en Vitoria y el colombiano Viáfara, que no marcó, envió su primer disparo como realista contra el larguero. Por ahí, bien. Por el fútbol, el asunto no está tan claro. El Mallorca es un equipo con poquito gol, con poquito fútbol (el que pone Arango, sumado a las ganas de Pisculichi) y con poquitos arrestos. Y sin embargo fue capaz de poner contra las cuerdas mucho tiempo a la Real Sociedad, que mantiene sus problemas defensivos y ayer padeció un mal día de Nihat.

La nueva Real de Arconada y del director deportivo José Mari Bakero, dejó más noticias individuales que colectivas. El afán por meter a todos sus fichajes le conduce a concentrar su juego por el centro. Stevanovic es un futbolista de tranco corto, más apto para el último pase que para el desborde. Y se va al centro. El colombiano Viáfara es un medio centro clásico suramericano más potente que elegante que necesita una adaptación al distinto rigor arbitral en los choques respecto a Inglaterra (donde ha jugado en el Portsmouth). Los que tienen el perfil definido son Skoubo y Mark González. El primero es un nueve clásico que juega mejor de espaldas que de frente. Al Mallorca le hizo un gol similar al que endosó al Athletic (cabe la duda de si se ayudó con el brazo). Un gol de los de antes, precioso por la dificultad que entraña. El chileno, que aún no está a tope, jugó 30 minutos y dejó sentado lo que es: un velocista para romper defensas cerradas. Si alguna vez se asocian Nihat y Mark González, la Real puede ser supersónica.

El Mallorca juega al tran tran que marca Arango, un futbolista muy por encima del equipo al que defiende. Pero no tiene gol. El Mallorca marcó de casualidad en un error de marcaje más de la defensa realista. Eso y un penalti no señalado de Garrido a Okubo fueron sus únicos datos ofensivos. El equipo de Cúper tiene mala pinta, pero ya se salvó el año pasado con menos argumentos futbolísticos.