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Crónica:FÚTBOL | 22º jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Güiza logra en el descuento el empate del Getafe ante al Alavés

Un gol de Güiza cuando Medina Cantalejo cogía aire para pitar el final del encuentro le otorgó un sufrido empate al Getafe, al que de poco le sirvió bailar al Alavés. El alud de ocasiones y su mimo por la pelota, con un 68% de posesión, resultaron tormentosos, y llevaron la ansiedad a las filas de Bernd Schuster. Los vitorianos, con dos goles de tres intentos sacaron petróleo del agobio que les entró a los madrileños por ganarles y poner 13 puntos de por medio.

Y eso que, a los dos minutos, el Getafe se adelantó con un penalti muy riguroso de Pellegrino a Güiza que levantó astillas. El central argentino se arrimó al delantero jerezano más de lo conveniente y Pernía inauguró el marcador. Le bastaron cuatro pasos y un toque seco con el interior de la pierna izquierda para engañar a Constanzo. No fue un duelo casual; todavía sin jurar la Constitución, el lateral se reivindicó para jugar con la selección española chutando la mitad de las oportunidades del Getafe. Igual de activo se mostró Constanzo, que sacó media docena de goles cantados. Presto y bien colocado, formará parte de las pesadillas de Güiza.

El punta marcó su octavo gol —todos en casa— tras empalmar el enésimo centro de Gavilán. Corría el minuto 92 y acababa de fallar, más solo que la una, una asistencia impepinable de Riki. Pese a lograr el empate de milagro, la cara de Güiza reflejaba un cabreo monumental, más pendiente del gol errado por ajustarlo demasiado a la escuadra.

El Getafe se gustó tanto que en menos que canta un gallo el Alavés se le subió a la chepa. No tuvo que hacer gran cosa, simplemente tiró de oficio y se mostró atento a los excesos ofensivos del vecino de enfrente. También le sonrió la suerte, que se alió con los de Juan Carlos Oliva en los 18 córners —por dos a favor— que rondaron su portería. Más que una defensa aquello era un frontón. Pese a lo rácano del planteamiento, primero Aloisi y luego Bodipo le dieron la razón a su técnico. En especial tras el pase de Astudillo al mediapunta. Belenguer no acertó a interceptar el cuero. Bodipo ninguneó a Calatayud, confuso en los balones por alto, con un toque cruzado. Le consoló el acierto en el último estertor de Güiza, que ejerció de justiciero. Perder habría sido un injusto palo al juego desplegado por el Getafe.

Diego Rivas (dcha), del Getafe, intenta controlar el balón ante el empuje de Aloisi, del Alavés.
Diego Rivas (dcha), del Getafe, intenta controlar el balón ante el empuje de Aloisi, del Alavés.EFE

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