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BALONMANO | Campeonatos de Europa

España se impone a la potente Francia con una memorable actuación del meta Barrufet

El seleccionador Juan Carlos Pastor construyó el triunfo sobre la base de una férrea defensa

Tras un decepcionante empate ante Alemania en el primer partido de los Campeonatos de Europa de balonmano, la selección española ha dado esta tarde un paso de gigante hacia las semifinales tras imponerse a Francia por 29-26 en un encuentro en el que sufrió más de lo previsto en la segunda mitad, tras un primer tiempo memorable, en el que sobresalió un inconmensurable David Barrufet en la meta.

Cuando se habían vertido algunas críticas sobre lo previsible del juego español, el seleccionador Juan Carlos Pastor sorprendió a todos con una defensa 6-0 que se convirtió en un auténtico suplicio en la primera mitad para el equipo francés. Los nueve goles que tan sólo fue capaz de anotar en los primeros treinta minutos Francia, doble campeón mundial, hablan de la concentración y de la solidez del sistema defensivo español.

A la movilidad de piernas, la inteligencia para leer las líneas de pase -apenas llegó un balón al pivote Bertrand Gille- y la contundencia para bloquear los lanzamientos de auténticos cañoneros como Karabatic, Narcisse o Fernández se unió una actuación estelar del guardameta David Barrufet. El portero del Barcelona estuvo espléndido en la primera mitad con doce paradas, una de ella a lanzamiento de penalti del extremo Michael Gigou, que sacaron de sus casillas a los artilleros franceses, especialmente a Narcisse, que se estrelló una y otra vez con el guardameta catalán.

La solidez defensiva permitió afrontar el ataque con la tranquilidad necesaria para que el balón circulará de lado a lado en espera de los demoledores lanzamientos de Iker Romero, autor de siete goles en la primera mitad, y Alberto Entrerríos. Cuando los lanzadores españoles comenzaron a notar el cansancio, llegó el turno de los jugadores de segunda línea, especialmente el pivote Uríos, que se aburrió de forzar penaltis, que el extremo del Portland San Antonio Albert Rocas se encargó de transformar.

Diez goles de ventaja

La selección española, que llegó a ganar por diez goles (15-5) a los veinticinco minutos de juego, se marchó al descanso con una cómoda ventaja (17-9) que permitía a los españoles afrontar con optimismo la segunda mitad. El optimismo no decayó en la reanudación, pese a que Francia se mostró algo más entonada, gracias al empeño del central del Kiel Alemán, Nikola Karabatic, máximo goleador de los galos con 10 tantos. Pero el equipo español, que por momentos recordó al conjunto que apabulló a Croacia en la pasada final mundialista, siguió a los suyo, rocoso en defensa y práctico en ataque, lo que permitió a los de Pastor lograr una máxima renta (24-13) a los diez minutos de la segunda parte.

La relajación, causada por el abultado marcador, y una exclusión del pivote español Juancho Pérez permitieron un respiro a los de Claude Onesta, que redujeron diferencias con un parcial de 4-0 hasta situarse a siete goles 25-18 mediada la reanudación. Una inquietante distancia, viendo el precedente del partido con Alemania en el que los españoles se dejaron remontar también una cómoda ventaja, pero hoy no fue así, pese a que un imparable Karabatic llegó a poner el marcador en un apretado 29-26.

Pero entonces volvió a surgir la figura de Barrufet con una increíble parada a Luc Abalo, en un contragolpe que podía haber puesto a Francia a tan sólo dos goles, que sirvió para que el conjunto español sumase dos puntos de oro para la segunda fase del campeonato.

Iker Romero (izqda.) lucha un balón con el francés Betrand Gille.
Iker Romero (izqda.) lucha un balón con el francés Betrand Gille.

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