Doblas clasifica al Betis

El Betis es el primer finalista de la edición de la Copa del Rey. Tras un partido con prórroga y penaltis, el conjunto andaluz ha ganado por 5-4 en los lanzamientos desde los once metros. El total de la eliminatoria, tras 210 minutos de juego sólo pudo reflejar la incapacidad de ambos conjuntos para marcar un gol.

La prórroga apenas fue un trámite al que obligaba el reglamento hasta que, a diez minutos del final, una falta sacada por Assunçao fue rematada por Juanito al larguero. El Athletic respondió y por un momento pareció que el partido se podía decidir antes de los penaltis, algo que hubieran agradecido los presentes en San Mamés, que no se cansaron de animar. Pero si en más de tres horas ninguno de los equipos había sido capaz de marcar un gol, no lo iban a lograr en diez minutos. El finalista se terminó decidiendo desde los once metros, donde se agrandó la figura de Doblas, que llevó al Betis a la final.

El Athletic llevaba varios días viviendo la final de Copa sin haber disputado aún la semifinal. Por ello afrontó el partido con una enorme intensidad, que le permitió apabullar al Betis en el primer cuarto de hora. Los sevillanos sufrieron un acoso brutal, pero lograron superar el trance sin que Doblas tuviera que aparecer demasiado y salieron fortalecidos de él. Arzu y Assunçao se asentaron en el centro y comieron el terreno a Tiko y Orbaiz, con lo que se desactivó la conexión con Yeste, Etxeberria y Urzaiz. Fernando comenzó a aparecer entre líneas, Joaquín mostró algunas de las variantes de su repertorio y Oliveira amenazó con su velocidad y potente disparo. Casi al final, Lafuente debió emplearse al máximo para despejar un lanzamiento del brasileño. Con el balón en su poder el Betis ya no sufrió y el Athletic dejó de dar miedo. La ausencia de Del Horno limitó las variantes ofensivas de los bilbaínos, que prefirieron la seguridad defensiva que aporta Casas. Éste apareció en el once para frenar a Joaquín y su particular duelo en los primeros 45 minutos concluyó en tablas.

El Betis siguió mandando, mientras el Athletic buscaba su sitio en el partido. Pero a los cuatro minutos se fue la luz y el encuentro se dio la vuelta. Los 15 minutos de parón enfriaron el choque, pero aclararon las ideas de Ernesto Valverde. El técnico del Athletic rectificó su planteamiento inicial y dio entrada a Del Horno por Casas y a Ezquerro por el lesionado Etxeberria. La presencia de Ezquerro apenas tardó unos segundos en notarse. Recibió el balón en la banda derecha, encaró a Juanito, le superó y cuando iba a entrar en el área fue derribado por el central internacional. El árbitro, Megía Dávila, señaló inicialmente penalti, pero rectificado por su asistente terminó sacando la falta fuera del área. Acertó, pero algunos aficionados, quizá los menos inteligentes, no entendieron la decisión del colegiado y obligaron a interrumpir el partido minutos después. Arrojaron diversos objetos al césped y alguno golpeó al asistente de Megía, que decidió parar el choque hasta que se calmaron algo los ánimos. Impresentables los hay en todos los estadios.

La interrupción no frenó el ímpetu del Athletic, que inclinó el campo hacia la portería de Doblas, exigido al máximo en el tramo final de la segunda parte. Si no marcó el Athletic fue tanto por el acierto del portero como por la falta de puntería de hombres como Ezquerro, que en la ocasión más clara cabeceó fuera cuando la grada ya celebraba el pase a la final. Del Betis no hubo noticias desde el apagón, vamos, en todo el segundo tiempo, y bastante tuvo con alcanzar la prórroga.