El Madrid sufre en el Carlos Belmonte
La sufrida victoria frente al Albacete no deja buen sabor de boca para el derby del Bernabéu (1-2)
La sufrida victoria frente al Albacete, el peor equipo en casa de la Liga, con goles de Helguera y Owen, no deja buen sabor de boca para el derbi del Bernabéu. Los de Luxemburgo siguen sin encontrar el rumbo y se mostraron incapaces de mandar en el partido. Ronaldo continúa tan voluntarioso como desacertado y nueve puntos siguen pareciendo muchos.
Ronaldo, pese a estar recién llegado de Río y apenas haberse entrenado a las órdenes de Luxemburgo, fue el único que pareció tenerlo claro. Porque el Madrid, vestido de luto por su condición de visitante, no logró centrarse a lo largo de la primera mitad. Los de Luxemburgo apenas tuvieron el balón como referencia, salvo para seguirlo a destiempo las más de las veces. Y para colmo de males, Guti y Samuel, amonestados justamente con una cartulina amarilla, no estarán frente al Barcelona.
El Madrid se perdió en un fútbol desordenado, de rápida ida y vuelta, que agravaba sus lagunas defensivas. Ronaldo avisó de sus intenciones en la primera pelota que dispuso, que alojó en la red de Valbuena. Undiano Mallenco anuló inexplicablemente la jugada, ya que el brasileño estaba en posición correcta en el centro de Roberto Carlos y recibió el balón de un contrario. Poco más tarde avisó de nuevo con un disparo que el meta ex madridista no logró embolsar.
Pero las aisladas acciones del brasileño no tranquilizaban al Madrid, a quien el Albacete escondió la pelota y creó claras ocasiones de gol. Redondo acabó acertando al aprovechar un mal despeje de Gravesen primero y Helguera después, para marcar por debajo de las piernas de Samuel, Helguera y Casillas. Como si de croquet se tratase.
Helguera enmendó el error poco más tarde al empatar de cabeza. Pero Unidiano Mallenco volvió a equivocarse. Concedió el gol que el cántabro consiguió en falta sobre Mingo. A dos segundos de cumplirse el tiempo reglamentario, un buen contragolpe conducido por Guti y sentenciado por el desaparecido Owen, hacía enloquecer al bueno de Monteagudo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.