El Madrid no pasa del empate

Avisos de bomba aparte, al Real Madrid parece que ya le da igual jugar en casa o fuera y el rival que tenga delante. Su fútbol es igual de espeso, de feo y despierta los mismos bostezos en Villarreal, que en Roma o en el Bernabéu. Pero lo que diferencia a este Madrid de los demás, lo que le mantiene entre los grandes y hace que la palabra crisis no visite con más frecuencia las oficinas de Concha Espina es la presencia de Ronaldo. Su figura puede ser más o menos ancha y puede pasar inadvertido durante casi todo el partido, aparentando una falsa dejadez, pero lo que nunca pierde es la sonrisa y detrás de esa felicidad se esconden sus goles, muchos y decisivos.

El Madrid y la Real Sociedad jugarán el próximo 5 de enero los siete minutos que faltan por disputarse en el estadio Santiago Bernabéu sin la presencia de aficionados en la grada. Según confirmó Antonio García Ferreras, director general de comunicación del Real Madrid, en la Cadena Ser, estos minutos que restan del encuentro se jugarán a partir de las seis de la tarde.

Que el Real Madrid vive de los tantos de Ronaldo y de las paradas de Casillas es algo evidente y que se acentúa con el paso de las temporadas y cuando alguno de ellos falla el equipo lo sufre. Por eso resulta inexplicable que el brasileño sea pitado porque no corra a por un balón o falle una oportunidad clara. La manía de premiar el sudor por encima del talento es algo innato del público que acude al Bernabéu. No es de ahora, lleva décadas sucediendo y ahora le toca sufrirlo a hombres como Ronaldo. Claro que quienes le silbaron porque quizá no sudaba lo suficiente eran los mismos que se pusieron en pie para aplaudir su magnífico gol. Míchel Salgado centró desde la derecha, Ronaldo paró el balón con el hombro y después de dejarlo caer lo empalmó de media volea. En eso se resume el fútbol del Madrid, en darle la pelota a Ronaldo y que éste solucione los problemas que los demás no saben resolver. Todo lo demás es prescindible, incluidos algunos compañeros.

Ronaldo sólo necesita un socio para ser más feliz y con Zidane y Figo lejos de su mejor forma, de Raúl mejor no hablar, ese hombre no puede ser otro que Guti. Pese a su abnegada labor defensiva no ha perdido la lucidez en ataque y Ronaldo se aprovecha de ello. Entre los dos crearon lo mejor del Madrid en la segunda parte, pero eso no fue suficiente para desarmar a una Real Sociedad que nunca perdió el orden. Ni contra un equipo que deja jugar y no impone un ritmo demasiado elevado es capaz el Madrid de reencontrarse con sí mismo. Los de García Remón no supieron ganar el encuentro cuando lo tuvieron a favor y lo terminaron pagando. Nihat equilibró el resultado y la ansiedad regresó a los madridistas. García Remón reaccionó dando entrada a Owen por Figo y modificó el dibujo táctico. Dejó a Guti como único mediocentro, pero la efectividad de estos cambios no se pudo comprobar debido a la amenaza de bomba que obligó a desalojar el Santiago Bernabéu.