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FÚTBOL | Octava jornada de Liga

El Sevilla se coloca segundo tras vencer al Atlético

Dos goles al comienzo de cada periodo confirman el buen momento de los andaluces

El Sevilla ha confirmado ante el Atlético de Madrid que es uno de los equipos a batir esta temporada. Aúna el rocoso espíritu que le metió en UEFA el año pasado con una dosis extra de convicción y calidad, aportada fundamentalmente por Baptista, un portento de fuerza y toque. Combinando ambos factores, los de Caparrós se han colocado segundos en la tabla, sólo por detrás del mejor Barça de los últimos tiempos.

Ha tenido el partido de cara el Sevilla desde el inicio. No es el Atlético de hoy en día, y menos fuera de casa, un equipo que apabulle, que salga como un tiro intentando amedrentar. Prefiere aguantar atrás, confiado en la efectividad de sus centrales, y esperar que Ibagaza cace algo que regalar a Torres o que el Niño lo cace como pueda y se invente alguna genialidad. Mal asunto ante un adoquín como el Sevilla, que aporta unas enormes dosis de testosterona al fútbol, intenta llevárselo por las bravas. Así, a los siete minutos ya se ha puesto en ventaja, gracias a Aitor Ocio, esta vez en un lanzamiento de falta que ha rozado Ibagaza despistando a Leo Franco.

El gol ha sido demasiado para los atléticos, que nunca han sabido imponer el juego de toque que reclama Ferrando, entre otras cosas porque el Sevilla no les ha dejado, pero, sobre todo, porque el centro del campo atlético adolece de todo criterio. Tiene capacidad de robo, pero apenas reparte juego. Luccin lo reitera día a día, Sosa es un trotón y las bandas apenas ofrecen nada. Ni Jorge, que nunca fue interior, ni Antonio López, que no ha tenido el día. Así, han tenido que recurrir al pelotazo a Torres, de nuevo solo hasta la entrada de Salva, en el segundo tiempo.

También ha golpeado el Sevilla al inicio del segundo tiempo, esta vez con un golazo de Baptista. El tanto ha obligado a Ferrando a dar entrada a Paunovic y a Salva, que han aliviado un tanto la escasa producción ofensiva del Atlético. El balón, lo que reclama el técnico atlético, ya era suyo, pero había costado dos goles tenerlo. Por fuerza debían llegar las ocasiones y Salva, Torres e Ibagaza han tenido la ocasión de acortar distancias. Lo ha hecho, sin embargo, un defensa, Ibáñez, ya con el tiempo cumplido. Demasiado tarde.

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