_
_
_
_
_
Crónica:Alemania, contra las cuerdas | Eurocopa 2004
Crónica
Texto informativo con interpretación

Letonia aguanta el 0-0 frente a la falacia germana

Los bálticos podrían haber obtenido mejor resultado si el árbitro no les hubiera escamoteado dos penaltis

Alemania dio una muy pobre imagen frente a la débil Letonia, un cuadro muy sólido, pero apenas sin recursos ofensivos. El resultado final fue frustrante para actuales subcampeones del mundo, que se jugarán su pase a la siguiente ronda en un transcendental encuentro frente a la República Checa con la perentoria necesidad de ganar. Será todo un duelo entre cerveceros que mirarán de reojo el resultado entre holandeses y letones.

Más información
Juanito, Alonso, Joaquín y Torres, novedades ante Portugal

Se las prometían muy felices los alemanes en la previa a este partido. Letonia, a priori la cenicienta del grupo, se le atragantó de mala manera a los hombres de Völler, que pese a romper el típico esquema alemán para jugar con un 4-4-2 con rombo en el medio del campo, fue incapaz de batir a su rival aun dominando de forma apabullante la posesión del balón y el tempo del partido.

Los prolegómenos vinieron marcado por el ofrecimiento del embajador letón en Berlín, que ofreció amablemente, aunque con cierto tono ácido, la nacionalidad letona al portero Kahn en caso de que éste realizase uno de los sonados deslices a los que últimamente tiene acostumbrados. No fue así. Es más, el veterano portero del Bayern salvó a los suyos del sonrojo al atrapar de forma excepcional un balón raso con mucha intención de Verpakovskis, el cohete de Riga, y que había dejado en evidencia a toda la defensa teutona merced a su endiablada velocidad.

Un apartado especial mereció Ballack. El jugador, pretendido por el Barcelona, estuvo lento y torpe en la transición, sin ideas en ataque y muy descolgado de su puesto de enganche para ayudar a Hamann en la salida del balón. Una oportunidad marrada por Völler, que apeó a su estrella de los puestos de ataque en los que es decisivo.

Pese a todo, las ocasiones se sucedieron para los alemanes, que desde el minuto diez se entonaron y cercaron el área de Letonia. Kuranyi, Frings y el citado Ballack tuvieron las mejores ocasiones, pero la suerte no estuvo de lado germano.

Más de lo mismo tras la reanudación

La segunda parte fue una clara muestra del agujero negro por el que pasa el fútbol alemán. De nada le sirvió esta vez sacar a relucir su rodillo, porque los letones amarraron bien atrás y su portero Kolinko se mostró muy solvente ante cada ocasión germana.

Con un Ballack mucho más espabilado, Völler apostó por las bandas metiendo a la salida de vestuarios al joven Schweinsteiger por banda derecha en sustitución de Schneider. El del Bayern lo intentó de igual manera que Frings o Lahm, en todos los casos con nulos resultados. El porqué es bien sencillo: Alemania no tiene nadie que sepa leer los partidos y mueva con criterio el balón. Además, sus delanteros no dejan de ser unos jugadores estáticos que aguardan su oportunidad para enchufarla. Si no, los puntas no colaboran en las jugadas y permanecen a verlas venir.

Letonia, con un planteamiento de contención y balones largos para la velocidad de Verpakovskis, le puedo dar más de un susto a los alemanes, pero el árbitro se encargó de correr un tupido velo sobre dos penaltis clarísimos cometidos por los defensores alemanes sobre la estrella letona. En caso de la duda, el peso de la UEFA se deja sentir. Un mal preámbulo para lo que aguarda a los españoles frente a los portugueses.

Los cambios de Letonia al final del partido no tuvieron más sentido que refrescar a los hombres del centro del campo, mientras los alemanes sacaron a Brdaric y Klose buscando dinamita ofensiva, pero su pólvora estaba humedecida y el 0-0 no se movió.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_