Beckham, de Anfield al Camp Nou

El fichaje de David Beckham fue considerado por muchos como una maniobra económica para satisfacer las ambiciones empresariales de la directiva del Real Madrid, pero el inglés ha demostrado ser mucho más que una imagen y un icono publicitario. Con sus actuaciones se ha encargado de dejar claro que si está entre los mejores jugadores del mundo es por su calidad y no por el 'glamour' que le acompaña fuera del campo.

A Beckham le llega la hora del debut en un clásico de la Liga española, pero los partidos de máxima rivalidad no son algo nuevo para el inglés, acostumbrado a vivir enfrentamientos calientes ante el Liverpool y, en menor medida, contra el Manchester City en la Premier League. En las ocho temporadas que pasó en el primer equipo del Manchester United, Beckham disputó 24 clásicos, de los que ganó 11 y perdió siete, todos frente al Liverpool.

En esos ocho años, el actual jugador del Real Madrid sólo estuvo ausente en dos clásicos y fue en la campaña 2002/03, la última suya en Old Trafford, cuando sus relaciones con Sir Alex Ferguson ya estaban muy deterioradas y sufrió más problemas físicos de lo que en él es habitual. En los enfrentamientos contra Liverpool y Manchester City, Beckham fue una pieza clave para el United y en 24 encuentros actuó como titular en 22. Su aportación fue más allá de las estadísticas y aunque sólo cuatro goles llevaron su firma, David participó en la mayoría de las acciones ofensivas. Sus envenenados lanzamientos de córner, sus pases precisos o sus espectaculares lanzamientos de falta formaron parte del decorado habitual de esos choques.

Su debut en un partido de máxima rivalidad se produjo el 1 de octubre de 1995 en Old Trafford contra el Liverpool, que en los aficionados del United provoca los mismos sentimientos que el Barcelona en los del Madrid. Beckham sustituyó a Nicky Butt en el descanso y su aportación no fue suficiente para que el Manchester United venciera un encuentro que finalizó empatado a dos. En esa primera temporada, el United fue incapaz de ganar al Liverpool, que se impuso en Anfield por 2-0, pero ganó los dos derbis ante el City.

Mejor en el centro que en la banda

Muy significativos fueron los clásicos de la temporada 96/97, en los que se produjeron dos hechos que anticiparon la experiencia que Beckham está viviendo ahora en el Real Madrid. El 12 de octubre de 1996, el United venció 1-0 al Liverpool, con gol de David. Ese día, el hoy jugador madridista actuó como mediocentro y no en la banda derecha, como era habitual. Las crónicas resaltaron el excelente rendimiento de Beckham, superior al ofrecido como interior derecho en anteriores encuentros. La historia se repite ahora que viste de blanco. Meses después, en la visita a Anfield, el United ganó claramente por 1-3, con dos tantos del central Gary Pallister, que mandó a la red dos balones enviados de forma perfecta por Beckham desde el córner. Su precisión en el toque ya decidía partidos.

Queda claro que el inglés no es un futbolista que se deja intimidar, ni al que supera la presión en este tipo de encuentros. Nunca se esconde, siempre asume la responsabilidad que le corresponde y su carácter ganador se termina contagiando al resto del equipo. Lo demostrado durante años en la Premier contra el Livepool y el Manchester City tiena ahora la oportunidad de hacerlo en la Liga española ante el Atlético y el Barcelona.