Proeza histórica del Recreativo de Huelva frente al Atlético

El Recreativo logró la proeza en el Calderón y consiguió defender (0-0), hasta la extenuación, el tanto de Viqueira en Huelva que le sitúa, por primera vez en su historia, en las semifinales de la Copa del Rey, ante un inoperante Atlético, sin recursos ni pasión en su torneo favorito, que ha sido incapaz de hacerle un gol a los onubenses en 180 minutos, y que pone el primer lunar negro al año de su centenario.

"Un palo muy gordo". Así definió una debacle en el torneo del KO Luis Aragonés y así fue, sobre todo por la forma en la que se produjo. De nada sirvió la heroica de la segunda mitad, después de haber desaprovechado 45 minutos de fútbol arcaico, lento y sin brillantez, ante el que la zaga del 'Recre' sólo tuvo que mostrarse expeditiva.

El Atlético tenía todo a su favor. Su tradición copera tres títulos en la década de los 90-, la irregular campaña liguera y un cauce asequible para conseguir plaza europea. Todo, excepto la ventaja en el marcador, después del tanto, que pudieron ser más, de Viqueira en la ida.

Pero al cuadro rojiblanco se le complicó el encuentro antes de empezar. La parroquia colchonera le diiada quizá en la endeblez del rival y en el hecho de no percibir urgencias en la remontada, y también, por qué no, desencantada con los vaivenes de sus futbolistas.

Ya lo había advertido Luis Aragonés en la previa. El Recreativo no era de fiar y de ahí que el técnico se jugase las cartas de los habituales titulares. Albertini y Emerson, la pareja que contuvo al Madrid en el Bernabéu, en la medular, con dos alas rápidas y escurridizas, Luis García y José Mari, y Torres, con Correa, en punta. Todo el potencial para luchar contra el colista, pero que ratificó en el Calderón sus señas de identidad, y es que hay que sudar sangre para marcarle al grupo de Alcaraz.

La muralla onubense

En la segunda mitad, el encuentro siguió escribiéndose bajo el mismo formato. El Recre intensificó su cerrojo, que a medida que pasaron los minutos pasó de muro a muralla, e incluso con almenas porque el cuadro onubense se olvidó de la transición defensa-ataque y se dedicó a defender a ultranza su tanto de ventaja.

Si algo cambió fue en el Atlético. Apeló a la heroica y le puso más pasión al partido. La mayor entrega rojiblanca provocó desasosiego en la zaga andaluza, pero ésta, con algún que otro apuro, logró mantener su puerta a cero, sumar su séptimo partido sin perder y una clasificación histórica para las semifinales de la Copa del Rey.