'Bolillo' Gómez, el héroe que antes fue tiroteado
Ecuador tiene hoy un héroe que nació en Colombia y que responde al nombre de Hernán Gómez y al apodo de Bolillo. No siempre ha sido así. El seleccionador de Ecuador es un tipo afable y sosegado, viejo zorro del fútbol, primero jugador y luego entrenador, que a poco se queda sin la gloria que ahora nadie osa robarle. En mayo, cuando la histórica clasificación de Ecuador para el Mundial ya era una posibilidad con serios visos de realidad, al Bolillo le pegaron un tiro en un tugurio de Guayaquil porque se negó a convocar para la selección sub 20 a Dalo Bucaram, uno de los hijos del ex presidente Abdalá Bucaram, exiliado actualmente en Panamá.
Aunque el incidente sigue sin aclarar, todos los datos apuntan a que detrás del ataque se encuentran algunos integrantes del círculo más íntimo de Bucaram. Gómez vio la cosa tan fea que renunció al cargo y se volvió a Colombia, aunque la solidaridad de la mayoría de los ecuatorianos y la petición para que regresara por parte del presidente Gustavo Noboa en persona terminaron por doblegar sus reservas y se reincorporó al puesto. El resto de la historia ya se conoce, un nuevo éxito en la carrera del Bolillo, un tipo al que el Mundial no le pilla de nuevas. A la selección de Colombia ya la llevó al Mundial de Francia 98, como al Atlético Nacional colombiano le llevó a ganar la Copa Libertadores en 1989.
Gómez, de 45 años, inició su trayectoria futbolística con la selección juvenil de la provincia de Antioquia en 1973, proclamándose campeón juvenil, en 1975 campeón de mayores, y sumando varias internacionalidades. Militó en el Independiente de Medellín, entre 1976 y 1980, y el Atlético Nacional, de 1980 a 1985, con el que ganó la Liga colombiana. Su sobrenombre de Bolillo se lo ganó cuando se cortó la melena de su época de futbolista profesional. como entrandor, debutó en 1985 en las divisiones inferiores del Atlético Nacional.
Maturana, su maestro
Uno de sus grandes maestros y amigos es su compatriota Francisco Pacho Maturana. Con él actuó en calidad de ayudante técnico en el Atlético Nacional, y posteriormente en la selección absoluta que se clasificó para los Mundiales de Italia 90 y Estados Unidos 94. Desde 1994 asumió la responsabilidad absoluta de la selección cafetera, con la que se clasificó al Mundial de Francia 98, y desde agosto de 1999 asumió la dirección técnica de Ecuador.
Desde que llegó a Ecuador se ganó el cariño y respeto de los ecuatorianos, que depositaron en él toda su esperanza para que los clasificara al Mundial de fútbol de Corea del Sur y Japón 2002. La misión no era fácil, porque Ecuador nunca antes habíalogrado nada en las competiciones frente a otras selecciones suramericanas, y apenas había pasado de ganar algunos partidos sueltos. Bolillo asumió la responsabilidad, luchó por unir a los ecuatorianos -un tanto divididos por el regionalismo-, se ganó la confianza y credibilidad de sus jugadores e impuso su estilo de juego. En zona, de buen trato al balón, sin pensar en el rival e intentando divertirse, a la manera que le inculcó Maturana. Desterró el miedo escénico que paralizaba al futbolista ecuatoriano cuando debía enfrentarse a rivales como Argentina y Brasil y les hizo creer que enfrentarse a ellos era la ocasión más bonita que les brindaba el fútbol.
Lejos queda ya su amenaza de dimisión, previa al debut en la fase clasificatoria frente a Venezuela, y ese tiro traicionero que pudo acabar con él. Ahora le toca disfrutar. Bolillo es el héroe de Ecuador.
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