De ‘Top Gun’ a ‘Avatar’: secuelas tardías, cuando la industria del cine se hace esperar

La nueva entrega de la película protagonizada por Tom Cruise forma parte de la lista de segundas partes en estrenarse muchos años después de la película original

Tom Cruise en 'Top Gun: Maverick'. En el vídeo, tráiler de la película.

En 1986, un drama militar sobre aviadores espolvoreado con una historia de amor algo cursi y costosas escenas de acción sacudió los cines de todo el mundo. Protagonizada por el inagotable Tom Cruise y dirigida por Tony Scott, Top Gun se convirtió en la película más taquillera del año con una recaudación de más de 356 millones de dólares (333 millones de euros) a pesar de no haber convencido del todo a la crítica. En casos como este, en los que una ...

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En 1986, un drama militar sobre aviadores espolvoreado con una historia de amor algo cursi y costosas escenas de acción sacudió los cines de todo el mundo. Protagonizada por el inagotable Tom Cruise y dirigida por Tony Scott, Top Gun se convirtió en la película más taquillera del año con una recaudación de más de 356 millones de dólares (333 millones de euros) a pesar de no haber convencido del todo a la crítica. En casos como este, en los que una historia se vuelve tan popular y rentable, la lógica hollywoodense suele establecer que procede poner en marcha una segunda parte para sacarla al mercado lo antes posible. El éxito de Cruise y compañía sí ha tenido su secuela, Top Gun: Maverick, pero esta continuación ha llegado ahora: más de 30 años después.

Algo similar ocurrirá en diciembre con el estreno de Avatar: el sentido del agua, secuela de la película de James Cameron de 2009 que dejó huella por su revolucionario uso de las imágenes generadas por ordenador y que durante un tiempo estuvo en la cúspide de los productos cinematográficos más taquilleros de la historia. Contra todo pronóstico y por motivos varios, hay veces en las que la industria se toma un buen tiempo antes de llevar al público una segunda parte de sus historias más populares. Estos son algunos de los casos más conocidos de cuando Hollywood nos hizo esperar.

‘Top Gun: Maverick’

Detrás de la larga espera para volver a ver a Tom Cruise con su mítica cazadora de cuero hay varias razones. En primer lugar, la iniciativa de poner en marcha una secuela no la planteó la compañía Paramount Pictures hasta 2010, cuando se puso en contacto con el productor Jerry Bruckheimer y el director de la película original, Tony Scott. El proyecto comenzó a tomar forma, con un guion en marcha y con la implicación de Cruise, pero un trágico suceso provocó el cese abrupto en la producción: el fallecimiento de Scott en 2012. No fue hasta 2015 que se retomó la iniciativa, esta vez de la mano de la compañía Skydance, y en 2017 se confirmó que Joseph Kosinski asumiría la dirección.

Un nuevo escollo dificultó la vuelta al trabajo. Cruise, la estrella de la película, había perdido interés en el proyecto. De acuerdo con Kosinski, fue en una llamada telefónica cuando finalmente logró convencer al actor, planteándole una “razón emocional para volver al personaje”. A Cruise le pareció atractiva la idea de que Maverick tuviera que instruir al hijo de Goose, su amigo fallecido en la primera parte. El rodaje tuvo lugar finalmente entre 2018 y 2019.

‘Blade Runner 2049′

Aunque la revolucionaria ciencia ficción de Blade Runner, dirigida por Ridley Scott en 1982, dejó al público un poco frío en su estreno, no tardó en generar una gran afición a nivel internacional que la convirtió en uno de los iconos más reconocidos de la cultura popular. Sin embargo, no fue hasta 2017 que recibió una secuela de la mano del canadiense Denis Villeneuve. La principal complicación a la hora de continuar la historia tuvo que ver con problemas de derechos respecto a la novela del estadounidense Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de la que Blade Runner es una adaptación con la que se tomaron bastantes libertades.

El proyecto estuvo paralizado desde finales de los años noventa, hasta que Andrew Kosove y Broderik Johnson, cofundadores de la productora Alcon Entertainment, se hicieron con la propiedad intelectual necesaria para la realización de una secuela casi 30 años después. El papel protagonista cayó en manos de Ryan Gosling, mientras que un encanecido Harrison Ford volvió a interpretar al agente Rick Deckard. Desafortunadamente, la película no rindió tan bien como se esperaba en taquilla, aunque por otro lado fue generalmente bien recibida por críticos y audiencias, que la consideraron una digna segunda parte. Blade Runner 2049 contará con una continuación a modo de serie de Amazon producida por Ridley Scott, asegurando así que esta secuela tardía no se pierda como lágrimas en la lluvia.

‘Doctor Sueño’

En el inconsciente de muchos perdura todavía el terrorífico rastro de la habitación 327 del hotel Overlook, los espectros de las gemelas en sus pasillos y la imagen de un enloquecido Jack Nicholson con un hacha. Tal es el impacto que tuvo El resplandor, adaptación de la novela homónima de Stephen King que Stanley Kubrick llevó a las salas en 1980 y que recibió su continuación tardía en 2019 con Doctor Sueño, de Mike Flanagan. El motivo principal por el que esta película llegó tantos años después de su primera parte es simple: el propio King no escribió la segunda parte de su obra hasta 2013.

Al año siguiente, Warner Brothers comenzó a preparar el terreno para la adaptación cinematográfica y en 2016 el cineasta Akiva Goldsman anunció que escribiría un guion y que participaría también como productor. Al no tener suficiente tirón, el proyecto se quedó estancado durante un tiempo, incapaz de reunir el capital suficiente. No fue hasta que quedó comprobado el éxito de It (2017), remake basado igualmente en una obra de Stephen King, que la producción de Doctor Sueño pudo hacerse efectiva en 2018 con un nuevo guion. Al igual que con Blade Runner: 2049, el pase por la taquilla de la película fue más bien discreto, aunque con críticas generalmente favorables.

‘El regreso de Mary Poppins’

Cuando se dice que un proyecto ha pasado por el llamado infierno del desarrollo, cabe esperar de su recorrido que haya sido de todo menos fácil durante mucho tiempo. En el caso de la secuela de la película de 1964 Mary Poppins, no hubo mayor barrera para la puesta en marcha de la producción que P. L. Travers, la autora de la novela en la que debutó el icónico personaje. En más de una ocasión, desde el momento en el que salió la primera parte, la escritora rechazó las propuestas de los ejecutivos de Disney para la realización de una secuela. Más tarde estuvo abierta a la idea de una continuación, pero con exigencias particulares, entre las que se incluía el veto al color rojo en la ropa de Mary Poppins.

Fue en los años ochenta cuando más cerca se estuvo de llevar a cabo el proyecto, con un guion que Travers coescribió junto a su amigo autor Brian Sibley, pero los problemas de casting no tardaron en llegar y la actriz Julie Andrews declinó volver a interpretar al personaje titular. Al final, no fue hasta 2015 que se dio luz verde a una secuela dirigida por Rob Marshall con Emily Blunt como protagonista. El regreso de Mary Poppins, estrenada en 2018, fue bien acogida tanto en taquilla como por la crítica y obtuvo el beneplácito de la familia de la ya fallecida Travers.

‘T2: Trainspotting’

Hay veces en las que las secuelas no llegan tarde, sino en el momento oportuno. Por lo menos así lo quiso ver el director de Trainspotting (1996), Dany Boyle, con su secuela, T2: Trainspotting (2017). Ya en 2007, Boyle dio a conocer sus intenciones de volver a reunir al elenco capitaneado por Ewan McGregor para una continuación de la comedia negra sobre los adictos a la heroína de Edimburgo, pero expresó su deseo de que se notara el paso de los años en sus protagonistas. Al final tuvo que esperar un poquito más de lo esperado, pues el primer guion no estuvo listo hasta 2015, año en el que la productora de Sony Tristar Pictures se hizo cargo del proyecto. La apuesta de Boyle acabó funcionando y la secuela reunió bastante más capital del que costó. También la crítica fue cálida en el recibimiento de la película, aunque no la puso al nivel de la original.

‘Independence Day: contraataque’

Pocos blockbusters de acción han definido tanto su propio subgénero como la película de 1996 Independence Day, en la que Will Smith lanza un contraataque frente a unos invasores alienígenas en el sagrado día estadounidense del 4 de julio. Aunque la idea de una continuación a la historia ya rondaba la cabeza del productor y guionista Dean Devlin en 2001, fue casi diez años más tarde, en 2009, cuando el proyecto tomó algo más de forma. Tanto Evlin como el director Roland Emmerich se plantearon seriamente llevar a cabo una secuela dividida en dos partes, una moda que durante los primeros años de la década del 2010 se hizo notoria con franquicias como Harry Potter, Crepúsculo y Los Juegos del Hambre.

Este planteamiento supuso la pérdida de Will Smith para la continuación, pues el coste del actor para ambas partes en su conjunto, de 50 millones de dólares (46 millones de euros), era demasiado elevado a ojos de 20th Century Fox. Finalmente, para 2014, una sola película fue aprobada por la productora y su título, Independence Day: contraataque, fue revelado en 2015. A diferencia de su predecesora, esta producción veraniega no cumplió con sus objetivos en taquilla en 2016, sin llegar a ser ni siquiera la película más rentable del mes de junio. La crítica tampoco habló maravillas de ella aunque, como buen blockbuster, nunca fue el terreno en el que esperó triunfar.

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