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Xbox Series S también es “la consola de las familias”; una alternativa asequible

Jerret West y Cedric Mimouni, de Xbox, explican su plan estratégico con Xbox Series X y Xbox Series S en todo el mundo y, en particular, en España

Comienza una nueva generación de consolas, un nuevo ciclo de acompañantes en nuestros hogares para aquello que une a millones de personas en todo el mundo: los videojuegos. El ocio cultural está estrechamente ligado a la tecnología y, como todo bien de consumo, depende de nuestro bolsillo. Lo que los anglosajones denominan target es un elemento ineludible en esa ecuación, en la de saber llegar a la mayor cantidad de tipos de público, y eso es lo que pretende Microsoft con Xbox Series X|S: abrir las puertas a todos.

Dejando al margen lo trascendente que es disponer de memorias SSD para almacenar juegos y transferir datos, que eliminan casi por completo los tradicionales tiempos de carga, así como otras funciones que reman a favor de la conveniencia en el día a día, es importante conocer la estrategia de la empresa a nivel estructural, porque es la primera vez en la historia de este —todavía— joven medio que tenemos dos soluciones distintas para dar el salto a una nueva generación en un mismo ecosistema.

Jerret West, Chief Marketing Officer (CMO) en Xbox, y Cedric Mimouni, responsable de Xbox Iberia, explican a EL PAÍS los objetivos de Microsoft con sus nuevas máquinas, cuyas similitudes son tantas como sus diferencias.

Cómo convivirán Xbox Series X y Xbox Series S

“Lo más emocionante es que nuestro mensaje se está alineando con nuestra estrategia. Es algo en lo que hemos estado trabajando desde hace años”, comenta West. “Y esa estrategia realmente se basa en poner a los jugadores en el centro. Siempre lo hemos querido, sentimos que es lo correcto: conocer a los jugadores, saber dónde están y tratar de satisfacer todas sus necesidades”, amplía. En verdad, son más de tres años los que la firma norteamericana ha estado gestando esta nueva generación, dos vías perfectamente diferenciadas donde tanto el departamento de diseño como el de marketing se han dado la mano para hacer lo que parecía imposible una realidad: llegar a las tiendas con dos modelos de consola el mismo día de lanzamiento. “Para nosotros siempre ha sido algo más que el mero lanzamiento de una consola; realmente ha girado todo en torno a la construcción de un ecosistema de dispositivos”, que se complementa con la posibilidad de jugar en streaming a través de teléfonos móviles Android mediante la app de Xbox Game Pass.

Sobran las presentaciones a estas alturas. Por un lado, Xbox Series X apuesta por la vanguardia: 12 TFLOPS de potencia acompañados por una CPU y una GPU de altas prestaciones, todo pensado para que la combinación deseada por los jugadores, el 4K 60 FPS (resolución Ultra HD con 60 fotogramas por segundo, garantizando así la máxima fidelidad visual), sea un estándar. No falta de nada: lector de discos, 16 GB de RAM, memoria SSD de 1 TB… prestaciones que recuerdan a las de un ordenador.

Por otro lado, Xbox Series S, que ofrece tecnología de nueva generación sacrificando prestaciones; como el lector de discos, la salida de vídeo en 4K (que sigue sin estar demasiado extendido en muchos países) o una potencia que se queda a medio camino entre lo que habíamos tenido estos últimos años y lo imponente de su hermana mayor. Ese cambio se traduce en menor tamaño, menor espacio para almacenar juegos y… menor precio. 499 euros y 299 euros, respectivamente.

“Para esta generación, cuando enciendes una consola todo se parece más a cuando enciendes una televisión”, ejemplifica para manifestar la extremada velocidad de ambas consolas. “Y lo mismo sucede con a la hora de cambiar juegos. Ahora, con funciones como Quick Resume, es como cuando cambias de canal”. Dicha función, Quick Resume, permite tener cerca de una decena de videojuegos en suspensión, como las apps en teléfonos móviles, permitiendo así una reanudación inmediata sin tener que volver a arrancar la aplicación de cero. Más tiempo para el jugador, más tiempo de entretenimiento.

Xbox Series S, la consola pensada para Xbox Game Pass

Al ser preguntado por Xbox Series S, la opinión de Cedric Mimouni es clara: “Ofrece un valor enorme”, en relación al precio que cuesta. “Digamos que Xbox Series S es la consola que cumple con el equilibrio perfecto entre precio y rendimiento. No es necesariamente para quien pretende tener toda potencia, porque esos lo que quieren es jugar en 4K, los que quieren un terabyte de almacenamiento”, amplía. “Nosotros creemos que Xbox Series S es también la consola de las familias, porque es una gama de entrada, pero también para el recién llegado a las consolas, para una nueva generación de jugadores que se adentran en una nueva generación de consolas”, asume. “Es una consola para esas familias y jugadores que no quieren o no pueden pagar el dinero de una Xbox Series X, pero que quieren estar ahí […] Ese buen balance entre precio y rendimiento da respuesta a las necesidades de la mayoría de la gente”, insiste.

“Su precio es asombroso”, sostiene West. “Por 299 euros, en un país como España es un precio asumible para nuestro ecosistema y asumible para un universo de jugadores que quizá no podrían adentrarse en la nueva generación hasta unos años más tarde”, ese público más joven, que depende de las pagas de sus padres o recados familiares; esos para quienes los 200 euros de diferencia pueden suponer un mundo. “Por ese motivo estamos ofreciendo esta alternativa, para que esa gente se introduzca antes y ayudarles a estar en la nueva generación desde el primer día si así lo desean. Estamos muy emocionados por ello”, anexa convencido.

Para West, Xbox Series S es un producto que lleva implícito en su ADN una suscripción a Xbox Game Pass, el llamado por algunos como Netflix de los videojuegos al ofrecer más de 150 juegos de toda índole, muchos de ellos exclusivos, a cambio de una suscripción mensual. “Tiene la velocidad de una consola de nueva generación; y su comportamiento es perfecto para un jugador volcado con lo digital. He de añadir que, cuando piensas en Xbox Series S y piensas en Xbox Game Pass, ambas emparejan a la perfección; como el vino y las empanadas”, arguye entre risas. “Están alineados, encajan en ese estilo de vida gamer. Si tienes una Series S y cuentas con una suscripción a Xbox Game Pass, vas a sentirte en la next gen”, persevera.

España, una tarea pendiente que Microsoft confía en mejorar

El mercado español es una de las grandes tareas pendientes de Microsoft. Durante esta generación, las consolas Xbox One perdieron cuota de mercado respecto a las apuestas de la competencia, pero Microsoft sabe qué debe hacer para recuperar ese espacio y situarse en una posición relevante para todos. “Sabemos que los jugadores españoles son muy apasionados”, responde Mimouni, conocedor del mercado europeo desde hace una década en la compañía. “Estamos emocionados por contar historias a través de Xbox Game Pass y la inversión que estamos haciendo va a estar disponible en España”.

El equipo capitaneado por Phil Spencer confía en que dos opciones de compra y con una infraestructura apoyada por Xbox Game Pass terminará haciendo mella en nuestro territorio. Nuevos títulos cada mes, obras de alto presupuesto y títulos que solo pueden encontrarse en el sello de Microsoft. Además, ahora se añaden los estudios internos de Zenimax Media, la matriz de Bethesda, lo que da un total de 23 equipos bajo el sello de Xbox Game Studios. Los creadores de licencias tan célebres como Fallout, The Elder Scrolls, DOOM o Dishonored son ahora parte de Xbox, una ventaja competitiva que, a largo plazo, puede plantear un panorama nunca antes visto en el sector y hacer de Xbox Game Pass una oferta inigualable.

“Estamos convencidos de que vamos a formar parte del estilo de la vida de los jugadores españoles, tal como hacemos ahora en Estados Unidos, Reino Unido, Australia u otras partes de Europa”, amplía West. “A nivel de marketing, lo que buscamos es ser más directos con los consumidores y tener una comunicación que sitúe a los jugadores en primer lugar, dando valor a nuestro servicio, de forma que puedan subirse a bordo de Xbox Game Pass”

Lección aprendida: de Xbox One a Xbox Series

Xbox One supuso un gran aprendizaje”, reconoce Mimouni. “Una de las cosas que hemos aprendido durante el ciclo de Xbox One es que la gente no quiere perder el contenido que ha ido adquiriendo y quieren tener compatibilidad con sus accesorios de una generación a otra”, explica. Por eso todos los mandos, accesorios, juegos, suscripciones, partidas guardadas y más elementos que han formado parte de Xbox One se pueden utilizar sin perder nada en el camino en Xbox Series X|S; incluso las baterías de los mandos, que no han modificado su tamaño. Cuando compras una Xbox Series X o una Xbox Series S también te estás haciendo con una consola Xbox One, dado que incluso los discos de los títulos se ejecutan en las nuevas máquinas; en ocasiones con mejoras visuales y los ya garantizados tiempos de carga reducidos. “No queremos imponer necesariamente una única opción. Pensamos que esa libertad, esa capacidad de elegir cómo personalizar tu experiencia, es algo muy importante. Hemos aprendido cómo se comportan nuestros jugadores, qué quieren y qué buscan, y eso es una gran fortaleza ahora para nuestros usuarios”, termina.

Con todo, Xbox ha puesto a la venta este 10 de noviembre dos consolas muy distintas dirigidas seguramente a públicos diferentes. Sin embargo, tanto Xbox Series X como Xbox Series S son productos volcados con la idea del ecosistema, de la conveniencia y de Xbox Game Pass como una nueva forma de entender y consumir videojuegos. Con 23 estudios internos a sus espaldas, los próximos siete años se presumen apasionantes para cualquier amante del entretenimiento digital.

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