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MÚSICA

Beethoven, la vuelta al mundo en 16 cuartetos

El Cuarteto Ébène graba en los cinco continentes la mejor integral beethoveniana publicada en décadas

El cuarteto francés Ébène, en una imagen de 2017.
El cuarteto francés Ébène, en una imagen de 2017.Julien Mignot
Luis Gago

Beethoven, que apenas viajó, es entronizado con frecuencia como el más universal de los compositores. El Cuarteto Ébène se ha tomado el dictum al pie de la letra y ha grabado una parcela capital de su producción en siete ciudades repartidas por todo el mundo: Filadelfia, Viena, Tokio, São Paulo, Melbourne, Nairobi (la situación política en Mali impidió que fuera Bamako, como estaba previsto) y, por supuesto, París.

Este último concierto se celebró el 27 de enero de este mismo año, tan solo cuatro días después de que los franceses tocaran idéntico programa en la Beethoven-Haus de Bonn y presentaran oficialmente su proyecto, titulado Beethoven Around the World, con un diálogo a cinco con Richard Kinley y la proyección de un vídeo a modo de cuaderno de bitácora de su travesía mundial. Como afirmó entonces Pierre Colombet, el primer violín, cada una de estas 16 obras va a estar para ellos ya indisolublemente unida a cada una de las ciudades en que las tocaron y grabaron entre mayo de 2019 y enero de 2020. Pocas semanas después, sin embargo, sus planes para la celebración de la efeméride beethoveniana quedaban deshechos por el cierre de las salas de concierto y la drástica suspensión de la vida musical en todo el mundo. Por suerte, los frutos concebidos y alumbrados antes del desmoronamiento global siguen aflorando ahora y esta integral está llamada a ser uno de los más admirados y perdurables.

Más aún que sus sinfonías o sus sonatas para piano, los cuartetos de cuerda nos muestran los tres estilos paradigmáticos de Beethoven, aquellos que Franz Liszt metaforizó como los decantados por “l’adolescent, l’homme, le dieu”. Oyendo justamente los cuartetos, sin embargo, uno se siente tentado de invertir los dos últimos términos, porque, tras el artífice juvenil de los seis Cuartetos op. 18, el creador de los tres que integran su op. 59 (el mismo de la “Heroica”) tiene quizá más de divino –por su potencial revolucionario y trastocador de los modelos clásicos– que de humano, una cualidad mucho más perceptible en sus cinco últimas contribuciones al género (del op. 127 al op. 135), decididamente escoradas hacia el ámbito íntimo y confesional.

Con dos décadas de experiencia a sus espaldas, y recuperada la estabilidad con la espléndida violista Marie Chilemme, el Ébène nos ofrece un Beethoven pletórico, intenso, en permanente reinvención. El nivel es altísimo en todo momento, pero hay numerosas cimas que, actualmente, solo parecen al alcance del Cuarteto Belcea, cuyo Beethoven puede que sea por momentos más rotundo, pero quizá no tan homogéneo como el del Ébène, que ha logrado un equilibrio de fuerzas e interacción de sus cuatro integrantes prácticamente perfecto. Cumbres de mención y escucha obligadas son, por ejemplo, el movimiento lento del Cuarteto op. 18 núm. 1, cuyas oleadas de emoción (y silencio) anegan todo a su paso; la compacidad del cuasisinfónico Allegro inicial del op. 59 núm. 2; en el extremo casi opuesto, la totalidad del op. 95, una certera cuchillada; la “canción de acción de gracias” del op. 132, tocada con la fuerza renovada y la fragilidad de un convaleciente; o la sobredosis de adrenalina y ultramodernidad de la Gran Fuga, algunas de cuyas partes “podrían haberse incubado en un satélite espacial”, al decir de Stravinsky. Estos siete discos comprimen como pocos la grandeza y la metamorfosis incesante del genio de Beethoven.

Beethoven Around the World. Cuarteto Ebène. Erato/Warner Classics. 7 CD.

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Sobre la firma

Luis Gago
Luis Gago (Madrid, 1961) es crítico de música clásica de EL PAÍS. Con formación jurídica y musical, se decantó profesionalmente por la segunda. Además de tocarla, escribe, traduce y habla sobre música, intentando entenderla y ayudar a entenderla. Sus cuatro bes son Bach, Beethoven, Brahms y Britten, pero le gusta recorrer y agotar todo el alfabeto.

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