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EN POCAS PALABRAS

Nilo Gallego: “No me gusta que pongan música en los bares”

El Musac celebra su 15º aniversario con una instalación sonora del músico leonés

Nilo Gallego, visto por Setanta.
Nilo Gallego, visto por Setanta.

El Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac) celebra su 15º aniversario con una instalación sonora del músico experimental Nilo Gallego (Ponferrada, 1970). Se titula Nubes pasajeras y brota de distintos puntos de la fachada del edificio para que pueda oírse desde la explanada exterior del centro (hasta el 1 de noviembre). Sus piezas, siempre lúdicas, están pensadas como performances en las que busca la participación del público y la interacción con el entorno y lo cotidiano. Por eso colabora a menudo con grupos de teatro de vanguardia y trabaja estrechamente con el creador audiovisual Chus Domínguez en el grupo Orquestina de Pigmeos.

Los museos suelen ser lugares silenciosos. ¿En qué se ha inspirado para su instalación en el Musac?

Me he inspirado en las nubes que pasan por encima del museo. En esta pieza los sonidos vienen y van, sin preguntar, a veces se juntan y chocan entre sí generando una descarga, una tormenta.

La pieza mezcla músicas creadas con instrumentos tradicionales con sonidos electrónicos y grabaciones recogidas en el campo. ¿Es una especie de paisaje sonoro de nuestro tiempo?

La pieza intenta completar el paisaje sonoro existente en el entorno del museo, los coches de la calle de al lado, los niños jugando, las conversaciones de los visitantes…. es como cuando atraviesas una calle y la combinación de los sonidos te hace imaginar una música que en un momento dado se apodera de ti y se convierte en una canción con forma propia.

Buena parte de la pieza la ha creó durante la cuarentena. ¿El mundo sonaba diferente durante el confinamiento? ¿O no sonaba a nada? ¿A qué?

Durante el confinamiento fui dejando de prestar atención a los sonidos del exterior y pasé a una escucha mas interior, quizás procedente de los recuerdos.

¿El museo puede hacer llegar la música experimental a más público?

Espero que sí, aunque no me considero un músico experimental.

¿Qué obra musical o sonora le ha impactado más últimamente?

Aquí van tres: El Concierto para violín expandido Ellen/Laurie/Pauline, de Luz Prado; el proyecto músico literario Islas atlánticas, de Julián Mayorga y Andrés Gualdrón, y la instalación Archivo de la compañía Serrucho.

¿Y su favorita de todos los tiempos?

To ca ti co ta ca ta, de Carles Santos y Hablar por andar o andar por hablar, de Esther Ferrer.

¿Qué tipo de música aborrece?

Ninguna, pero no me gusta que pongan música en los bares.

¿Qué obra ajena le habría gustado firmar?

La naturaleza y su temblor, de La Societat Doctor Alonso o Parallax, de Silvia Zayas.

En Nubes pasajeras hay también referentes cinematográficos. ¿Qué película le ha impactado más sonoramente?

Alma song, de Alex Reynolds, protagonizada por Alma Söderberg.

¿Y cuál ha visto más veces en su vida?

No se si es la película que más veces he visto pero mi película favorita es Notas de lo efímero, de Chus Domínguez.

¿Qué libro tiene en su mesilla de noche?

Ahora mismo en mi mesilla reposan Trucos para soportar el miedo, de Vito Gil-Delgado, y El viento ya esta escrito, de Jorge Pascual.

¿A quién le daría el Premio Nacional de Música?

Este año al percusionista total Katsunori Nishimura y el próximo al músico y artista Pelayo Arrizabalaga.

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