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Kit de supervivencia cultural para el encierro (día 15)

‘Babelia’ recomienda los mejores libros, discos, películas, series, cómics y videojuegos para disfrutar en casa

Componentes de Public Enemy.
Componentes de Public Enemy.

Babelia propone un libro, un disco, una película, una serie, un cómic y un videojuego cada día, mientras dure el confinamiento en los hogares y la parálisis del sector del ocio, para poder disfrutar de la cultura desde casa.

UN DISCO: It Takes a Nation of Millions To Hold Us Back, de Public Enemy

Hay discos que cambian la historia de la música y discos que cambian la historia. Que hayan logrado ambas cosas a la vez tal vez solo existe uno. Este. Fue lanzado en 1988, en un momento en el que el hip hop buscaba reubicarse y la comunidad negra era de nuevo confinada en sus guetos. Antes de que hubiera suficientes ricos de color como para que el poder se permitiera hablar de integración y cuando ya había suficientes jóvenes negros en las morgues y las cárceles para que se pudiera sugerir que tal vez existía un plan de aniquilación, Public Enemy se enfrentaron a la realidad. Lo hicieron desde la suya, la de las calles de Nueva York. Pero llegaron hasta la Costa Oeste e incluso cruzaron el Atlántico. Fueron la primera banda de hip hop del mundo que realmente intentó internacionalizar el conflicto y el ruido que hace.

Más que un combo eran una guerrilla. La traducción musical de los Panteras Negras. Al frente, Chuck D, un rapero con alma de candidato que había estudiado diseño gráfico en la neoyorquina universidad de Adelphi y aspirado a ser comentarista deportivo. Junto a él, Flavor Flav, el contrapunto chisposo y desengrasaste. La voz filtrada de Professor Griff antes de destaparse como un homófono antisemita —toda célula revolucionaria acoge un loco o un vividor—. Tras los platos, el enjuto Terminator X. En la producción, Bomb Squad, pillando samplers como caramelos mientras el dueño de la tienda no mira. Desde James Brown hasta Slayer, pasando por David Bowie o Gil Scott-Heron. Aún faltaban unos años para que el pesado de Gilbert O’Sullivan se enfrentara al rapero Biz Markie y lograra que el sampler se convirtiera en un lujo demasiado caro como para ser usado con la profusión y libertad con el que se utiliza en estas apabullantes 16 piezas.

It Takes a nation of Millions es un barbaridad, un ejercicio de intensidad, creatividad y discurso político que no da un segundo de tregua. Parpadea y te han desmantelado la sanidad pública. Sales de la ducha y te han desahuciado. Black Steel In the Hour of Chaos, Bring the Noise, Rebel Without a Pause… En estos días, no está mal eso de pensar en uno mismo, hay tiempo y algo de espacio para la introspección. Pero siempre, siempre, es mejor pensar en todo lo demás. No es el cuándo, es el cómo. Este disco explica. Xavi Sancho

It takes a nation of millions to hold us back. Public Enemy. Def Jam/Universal, 1988. El disco se puede escuchar en Spotify y Apple Music.

UN LIBRO: Dioses útiles, de José Álvarez Junco

Vista la reacción de muchos próceres ante la crisis del Covid-19 —“el virus chino”, según Trump—, a la actual pandemia le sobrevivirá una mucho más mortífera: el nacionalismo. Tal vez la mejor vacuna sea este libro que José Álvarez Junco abre con una cita de Edward Gibbon: “Las diversas religiones que existían en Roma eran todas consideradas por el pueblo como igualmente verdaderas, por el filósofo como igualmente falsas y por el político como igualmente útiles”.

Si reparamos en que el sentimiento nacional ha sustituido al sentimiento religioso, entenderemos el punto de partida de un autor que explica que las naciones son “construcciones históricas” que no han existido siempre, “sistemas de creencias y de adhesión emocional que surten efectos políticos de los que se benefician ciertas élites locales”. Dioses útiles demuestra que las supuestas esencias son productos manufacturados. Por sus páginas desfilan la creación de Gran Bretaña en 1707, el plan de “colonización interna” de la Francia rural tras la Gran Guerra o la invención de Grecia como cuna de Europa.

España, por supuesto, tiene su protagonismo como nación no surgida con los Reyes Católicos sino a partir de las Cortes de Cádiz y la Guerra de la Independencia, una “guerra civil” que tomó el relevo a mitos exóticos como el de Santiago y la Reconquista, tan reactivados durante el franquismo. Como la democracia también juega sus cartas, no se pierdan el apartado sobre las dudas para elegir durante la Transición fecha para la fiesta nacional: ¿el 12 de octubre?, ¿el 6 de diciembre? Al tratar de las naciones periféricas Dioses útiles recuerda que el principat de Cataluña “nunca fue propiamente independiente sino que estuvo integrado en una monarquía compuesta, como la aragonesa”. También que el culto a 1714 fue muy tardío, “no anterior a 1886”. Como decía Ramón Gaya, se puede llevar una corbata fea, pero sabiéndolo. Javier Rodríguez Marcos

Dioses útiles. José Álvarez Junco. Galaxia Gutenberg. Disponible como préstamo digital gratuito en las bibliotecas públicas (eBiblio). También para compra en versión impresa y digital en Todos tus libros y Amazon.

UNA PELICULA: The Love Witch, de Anna Biller

En The Love Witch, Elaine, una joven bruja, se muda a San Francisco para seguir con su pasión: el acoso y el asesinato de hombres guapos. Lo curioso es que aunque la película se desarrolla en el año de su rodaje, 2016, el mundo que rodea a Elaine, y hasta cierto punto ella misma crea, está repleto de tonos pastel y de un tecnicolor a medio camino entre la serie Embrujada y una fotonovela. Más aún, Elaine, protagonista guerrera en un planeta dominado por el machismo, se mueve en un paisaje de aspecto camp nacido de un meticuloso cuidado por los escenarios y el vestuario estilo años cincuenta y sesenta. Todo fue creado por su directora, Anne Biller, que mientras buscó la financiación —durante siete largos años— estuvo cosiendo el vestuario y dibujando los decorados. Para el guion, contaba a EL PAÍS, pensó en esas brujas rodeadas de “hombres ¿normales?”. “Ellas ponen el misterio y la belleza, ellos la inocencia y el amor. En la realidad, me parece que cuando una joven se incorpora a la vida adulta, tras una infancia y adolescencia adornada por los cuentos de hadas y mensajes del tipo ‘si tú quieres, tú puedes’, entra en una confusión mental al chocar con estereotipos sexuales, con el machismo recalcitrante social. ¿Qué pasa si le damos la vuelta en la pantalla?”. Y subrayaba: “Contra la misoginia, un cuento de hadas y brujas con una heroína poderosa”.

Elaine es, desde luego, una protagonista hipnótica, encarnada por acierto por su actriz, Samantha Robinson, pero esta es una película de directora. La personalidad de Biller, sus gustos y sus intereses, marcan todo el metraje: “Me planteé qué pasaría si los hombres amaran a las mujeres tal y como las mujeres quieren. Los hombres son menos emocionales que nosotras. Eso se puede contar con mucha ironía, mezclando comedia y terror, contando de forma oscura una venganza femenina”. The Love Witch, una apuesta distinta con una superviviente diferente. Gregorio Belinchón

The Love Witch. Anna Biller. 2016. La película se puede ver en Filmin.

UNA SERIE: State of the Union

En tiempos en los que muchas producciones televisivas tienden a estirar innecesariamente sus episodios, se agradecen propuestas que van en la dirección opuesta: capítulos cortos en forma de breves píldoras que permiten al espectador interrumpir el visionado cuando desee. En el caso de State of the Union, además de ese formato ligero y consumible del tirón (su estreno fue en el festival de Sundance con todos los capítulos del tirón) o dosificada de la forma que cada cual prefiera, cuenta con un plantel de grandes nombres delante y detrás de las cámaras que servía por sí solo para llamar la atención. La escribe Nick Hornby, autor de Alta fidelidad o Fiebre en las gradas. Dirige Stephen Frears, realizador de, entre otras muchas, La reina o Las amistades peligrosas. Y protagonizan los actores Rosamund Pike y Chris O’Dowd, que cargan con todo el peso de los diálogos de esta historia de amor poco convencional.

La trama se centra en las conversaciones que tiene un matrimonio justo antes de entrar a sus sesiones de terapia de pareja. Llevan 15 años casados pero las cosas no van bien entre ellos. Y en esos ratitos previos, en un bar frente a la consulta de la terapeuta, charlan sobre lo que dirán y lo que callarán sobre su relación. En 10 capítulos de apenas 10 minutos se cuenta una historia sencilla que aprovecha muy bien las cualidades interpretativas de los actores y las inevitables analogías que se pueden sacar entre sus conversaciones y el Brexit. El resultado, muy entretenido e inteligente, saca punta con gracia a la dinámica que se establece en las relaciones sentimentales largas. Natalia Marcos

State of the Union. Stephen Frears. Sundance TV, 2019. Sus diez episodios se pueden ver en HBO España.

Solo son necesarios tres colores, simplemente tres colores: rojo, morado y un macilento color que debía haber sido antes rosado. Tres inmensos cuadrados de color único, herederos de Rothko, quien sabe, pero que en secuencia consiguen un relato demoledor sobre los malos tratos, un símbolo que queda grabado en la retina con una fuerza apabullante en su repetición. Uno de los muchos ejemplos fascinantes que Felipe H. Navarro muestra en Hopper, una investigación de las posibilidades del lenguaje del cómic desde una simplificación geométrica extrema: líneas, colores, letras, símbolos… pierden su sentido original y encuentran nuevos sentidos. El juego de colores complementarios se convierte en una expresión de vidas alternativas, de futuribles inexplorados. Las letras se convierten en objetos que nunca fueron. Las experiencias en el lejano oeste con líneas y puntos de George Cruikshank, a principios del siglo XIX, se radicalizan como rectas y círculos para convertirse en un western de Budd Boetticher. Ocho historias que solo tiene en común la experimentación mas atrevida y un nombre: Hopper.

El pintor Edward Hopper y sus paletas cromáticas, sus composiciones melancólicas, son la inspiración inicial de una obra que abandona pronto ese camino para encontrar extraños vericuetos que llevan a sorprendentes espacios donde la vanguardia resulta próxima y cálida, donde lo que podría ser un reto que dificultara la conexión con lector, se transforma en una mano tendida que hace más sencillo el camino. En un magnético influjo que nos atrae hacia nuevas formas de leer, de sentir la viñeta, de comprender la página. Hopper es un objeto único, una reflexión sobre el lenguaje de la historieta, pero también un fascinante viaje por el arte y por la cultura, de la mano siempre del cómic como expresión en mutación constante, cambiante según las necesidades de esa férrea relación que se establece entre lector y autor. Álvaro Pons

Hopper. Felipe H. Navarro. El cómic puede ser leído en esta web.

UN VIDEOJUEGO: Super Mario Galaxy 1 y 2, de Nintendo.

Que Mario Bros es uno de los iconos más reconocidos en el mundo lo prueba, por ejemplo, el hecho de que en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río 2016, el primer ministro japonés, Shinzō Abe, saliera con su característica gorra roja para anunciar los de Tokio 2020. Y aunque en la Switch, la actual consola de sobremesa (y portatil) de Nintendo, podemos disfrutar del entrañable Super Mario Odyssey (2017), quizá sea en una anterior generación de consolas, en la Wii, donde el fontanero más famoso del mundo alcanzó el cénit de su arte. Hablamos de dos juegos indisolubles el uno del otro: Super Mario Galaxy (2007) y su secuela (2009), dos juegos poblados de planetoides y aventuras espaciales en los que, con su uso de las gravedades fluctuantes, los de Nintendo demostraron por qué son la compañía que más mima las mecánicas de sus juegos. Dos juegos a recuperar en estos días, también de gravedades fluctuantes y en los que, para redondearlo todo, se han aplazado los Juegos de Japón. Jorge Morla

Super Mario Galaxy 1 y 2. Nintendo, 2007 y 2009. Los juegos están disponibles para Nintendo Wii y Wii U.

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