_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Plataformas y televisión pública: un debate ausente en España

Todavía hoy RTVE sigue siendo un lugar preferente para las productoras. Pero la ausencia de estrategias comunes ha pasado factura

Antonio (Imanol Arias) y Merche (Ana Duato) en la temporada 20 de 'Cuéntame', cuyos capítulos se ven en Amazon Prime Video al día siguiente de su estreno.
Antonio (Imanol Arias) y Merche (Ana Duato) en la temporada 20 de 'Cuéntame', cuyos capítulos se ven en Amazon Prime Video al día siguiente de su estreno.

La relación de la televisión pública con las plataformas de vídeo bajo demanda no es una cuestión que parezca preocupar mucho en el contexto español. Frente al liderazgo que la BBC y France Télévisions han asumido en esa discusión en Reino Unido y Francia, la situación de provisionalidad en la que se encuentra RTVE parece demorar cualquier debate. Eso está claro en el caso de los legisladores, como se aprecia en la ausencia de preguntas específicas sobre este tema en la Comisión Mixta de Control Parlamentario en el último año. Únicamente en una ocasión, en la sesión correspondiente a febrero, la administradora única Rosa María Mateo señaló que “habrá que hacer alianzas con plataformas y operadores de otros países, porque la oferta de programas de manera lineal no podrá ofrecer ya la calidad que se nos va a exigir”. Pero qué tipo de alianzas, con quién y, sobre todo, para qué, siguen siendo una incógnita.

Más información
El impacto de las plataformas, bajo la lupa del Parlamento británico
Cómo sobrevivir a Netflix, según la BBC
Lo que la (buena) televisión española debe a la alemana

El motivo por el que las plataformas de vídeo bajo demanda son percibidas por la opinión pública únicamente como una fuente de oportunidades en lugar de peligros es que el mercado televisivo español es anómalo dentro de la Unión Europea. En un trabajo publicado en 2018 por los investigadores belgas Dirk Wauters y Tim Raats hay un dato que es claro exponente de ello: la inversión en contenido original por habitante es de 14 euros, frente a los 33 en Italia, 45 en Francia y 62 en Reino Unido. Sin embargo, en el último informe sobre producción de ficción del Observatorio Audiovisual Europeo, España aparece en cuarta posición, con más de mil doscientas horas anuales. Este “milagro español” se basa en utilizar una masa de trabajadores (técnicos, pero también creativos) altamente cualificados pero reducidos a la precariedad. Y nada anticipa que a corto plazo se produzca una relevante escalada de precios. La apertura de centros de producción en España de operadores internacionales (a Netflix se suman en próximas fechas Amazon y Viacom) genera la promesa de atraer a grandes producciones internacionales, aunque en realidad es el equivalente en la producción audiovisual del turismo de bajo coste. 

La inversión de los operadores públicos en ficción es esencial. Según datos del servicio de investigación Media Intelligence de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), participan en el 73% de los títulos producidos en la Unión Europea. España es un buen ejemplo de ello, al menos a nivel estatal, ayudando a sostener la industria de la ficción cuando en los peores momentos de la crisis económica los grupos privados dieron un paso atrás. Todavía hoy RTVE sigue siendo un lugar preferente para las productoras. Pero la ausencia de estrategias comunes ha pasado factura. En toda Europa, la búsqueda de financiación adicional ha llevado a priorizar vender la ficción a las plataformas globales antes que potenciar un mercado interno entre iguales: las grandes series de las cadenas públicas se ven en Netflix y Amazon. Y los esfuerzos de crear competidores no terminan de cuajar. La plataforma RTVE Play, inicialmente anunciada para el primer trimestre de 2019, sigue sin estar disponible para sus potenciales clientes en el mercado latinoamericano. Contar con un catálogo competitivo en ficción es clave para las plataformas de vídeo bajo demanda, y en RTVE Play pueden faltar algunas de las joyas de la corona de su producción reciente debido a compromisos previos, como en el caso de El Ministerio del Tiempo (en Netflix) y Estoy vivo (en Amazon Prime Vídeo). La falta de transparencia de estos acuerdos no permite saber si será también el caso de Cuéntame cómo pasó. En la última temporada de la serie, el logo de Amazon Prime Vídeo aparece en los créditos iniciales y los nuevos capítulos han llegado a la plataforma el día siguiente a su estreno en TVE.

De igual manera que la BBC lucha en la opinión pública y el parlamento británico por incrementar el canon anual que pagan los ciudadanos para su mantenimiento, con el argumento de que es imprescindible para contrarrestar los bolsillos sin fondo de Netflix y Amazon, la prioridad de RTVE debería ser abrir el debate sobre su financiación, ahora que todavía tiene el tiempo, y a la industria, de su lado.

Concepción Cascajosa es profesora de Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_