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Rosalía y C. Tangana, la alternativa española que triunfó en Argentina

Twenty One Pilots y Arctic Monkeys batieron el récord de asistencia de la sexta edición del Lollapalooza

Asistentes a la sexta edición del festival en Buenos Aires.
Asistentes a la sexta edición del festival en Buenos Aires. Santiago Bluguermann (Getty Images)
Andrés Rodríguez

La sexta edición del Lollapalooza Argentina terminó. Fueron tres días llenos de música con artistas de distintas partes del mundo, casi como si se tratara de una competencia futbolística con el sello y estilo de cada selección, solo que para este multitudinario festival uno de los más grandes de Latinoamérica, se midieron los distintos géneros musicales. En Buenos Aires se escuchó rock, trap, hip hop, pop, electrónica, jazz y hasta bossa nova. Todos estos ritmos marcaron las jornadas del evento creado por Perry Farrell, y que busca una transformación hacia lo que denomina como "una experiencia que vaya más allá de la música" y se convierta en "arte en todas sus expresiones". Y el primer paso fue su apuesta por un line up más ecléctico, con los sonidos urbanos como claros protagonistas.

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Con una asistencia total de alrededor de 300.000 personas, la continuidad del festival, según Farrell, está asegurada en el país rioplatense. De esa cifra, el dueto de Twenty One Pilots puede decir que un gran porcentaje de público le pertenece. La primera noche tomaron el Main Stage 1 y, literalmente, montaron un show. No ahorran en recursos: un auto incendiándose en medio del escenario para su tema Jumpsuit, una excursión en medio de los asistentes del percusionista Josh Dun con batería incluida sobre una tarima de un metro cuadrado para tocar Morph y el vocalista Tyler Joseph, enmascarado, sobre una torre de sonido durante Car Radio.

Ambos supieron llevar los ritmos de su presentación con temas de su nuevo álbum Trench parte de la gira mundial de The Bandito Tour, en los que se notó la diversidad de los géneros, que van desde el rapeo duro al estilo de Eminem en canciones como Levitate; o a ritmos más estilo reggae, con trompeta y ukelele, como en Lane Boy. Twenty One Pilots saben cómo conectar con su público que, con celular en mano, está a la orden del dueto. En más de un segmento se involucraron totalmente en todo lo que Joseph comandaba, desde un masivo baile de izquierda a derecha abrazados con los presentes que tienen alrededor y lado a lado, hasta ser dirigidos para fungir como un coro del dueto. Temas que ya son clásicos del par, tales como Stressed Out o Ride, no se hicieron faltar en una propuesta multifacética que va de la mano de su estilo que no se aferra a ningún género.

El segundo día del festival, los otros protagonistas del Main Stage 1 fueron los Arctic Monkeys. La banda, liderada por Alex Turner, entro de llenó con todas sus cartas en la mesa. Presentaron una tras otra canciones conocidas y que ya son icónicas de la banda, tales como Do I Wanna Know?, Brainstorm y Snap Out of It. La agrupación supo complacer a su público, alternando entre sus clásicos hits, I Bet You Look Good On The Dancefloor, de hace 13 años con influencia pop-punk, y su más reciente producción, Tranquility Base Hotel & Casino, con canciones mucho más melódicas y psicodélicas.

Alex Turner of Arctic Monkeys en el Hipodromo de San Isidro.
Alex Turner of Arctic Monkeys en el Hipodromo de San Isidro.Santiago Bluguermann (Getty Images)

La banda de Sheffield, con un Turner inspiradísimo con un atuendo y estilo entre rockstar y crooner, con su chaqueta de cuero de solapa ancha, gafas de lentes cafés ahumadas y un tupé engominado, rindió tributo a la tradición del Lollapalooza, que, a pesar de enfrentarse a su edición más alternativa, salió triunfante de la disputa y demostró que el rock todavía tiene un gran músculo entre los gustos de los asistentes.

Una de las grandes sorpresas fue la cantante Rosalía que superó las expectativas de la organización. Su presentación fue anunciada para el Stage Alternativo, el cual se vio desbordado por la cantidad de gente que asistió. Otros artistas que se introdujeron en el mismo espíritu alternativo y de música urbana fueron los artistas españoles C. Tangana y Bad Gyal, ambos en el Stage Perry del festival. Caetano, Moreno, Tom y Zeca Veloso aportaron con la bossa nova, mientras que el uruguayo Jorge Drexler contribuyó con ese toque de folk-pop-alternativa que lo caracteriza.

Finalmente, el domingo tuvo como estrellas en la noche a un inspirado Lenny Kravitz que, aunque un poco opacado por la presentación de la sensación argentina del trap, Paulo Londra, supo complacer sus seguidores con un repertorio más clásico. El cantante estadounidense hizo un recorrido por su carrera, que cumple 30 años este 2019 desde el lanzamiento de su primer álbum –Let Love Rule–, incluyendo canciones como American Woman, Ain't Over 'til It's Over y Again. Al terminar Kravitz, el rapero estadounidense Kendrick Lamar fue el encargado de cerrar la cortina al festival. Su recital giró alrededor de DAMN, disco por el cual recibió el Premio Pulitzer en la categoría de música.

Lenny Kravitz en el Lollapalooza Argentina.
Lenny Kravitz en el Lollapalooza Argentina.

Fiel a su estilo, hizo un recorrido a sus inquietudes con canciones como DNA, ELEMENT o LUST, que reflejan temáticas que se contraponen, sacando a la luz las contradicciones de una parte de la sociedad estadounidense. También tuvo su espacio durante el recital To Pimp A Butterfly, un obra más compleja incluso que DAMN en su lírica y por sus arreglos jazzísticos. De ese disco se desprendió la canción King Kunta.

Si bien muchos de los temas que aborda en su música y su país no son fáciles de trasladar a cualquier parte del mundo, Lamar, gracias a su carisma y habilidad con el micrófono, pudo conectar con su público en Buenos Aires. Incluso cuando se arrodilló en el escenario para pedir un minuto de silencio para su colega Nipsey, un rapero de Los Angeles que fue asesinado a balazos el pasado domingo en su ciudad. El rapero “sintió el amor” de los presentes cuando estos corearon, en más de una ocasión, el famoso cántico de los espectáculos futboleros en Latinoamérica: “Ole, ole, ole, Kendrick, Kendrick”. El rapero oriundo de California los recompensó y se despidió con All The Stars, la canción nominada al Oscar de la banda sonora de Pantera Negra.

El Lollapalooza en Argentina terminó con una exitosa primera prueba superada en su afán de reinventarse. El festival apostó por distintos géneros y estilos musicales que le permitieron convocar a familias, adolescentes, jóvenes y adultos. El futuro dirá si la fórmula se repite el próximo año y si es el camino a seguir para este importante evento.

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Sobre la firma

Andrés Rodríguez
Es periodista en la edición de EL PAÍS América. Su trabajo está especializado en cine. Trabaja en Ciudad de México

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