Marie Kondo: el nuevo orden mundial
Tras vender millones de libros con métodos para adecentar viviendas, Marie Kondo es el primer gran fenómeno televisivo de 2019
Tomohiro Takahashi recuerda los cuatro minutos que le cambiaron la vida. Era 2010 y este japonés, editor entonces de la casa Sunmark, conocida por su catálogo de libros de autoayuda, era uno de los seis jueces de un concurso titulado “Cómo escribir best sellers que sean amados por muchos años”. Se habían presentado 40 concursantes, y cada uno tenía cuatro minutos para presentar su proyecto de libro. Ahí fue cuando la vio. Una muchacha de 24 años diminuta y sonriente. Traía una propuesta de título letalmente aburrido: Formas de ordenar para amarte a ti mismo. Y hablaba sin cesar de limpieza. “Pero al verla hablar, supe intuitivamente que sería una estrella de televisión”, recuerda hoy Takahashi para EL PAÍS. “Tenía un aura que solo pueden tener los autores de best sellers. Y quise producir su libro”.
Aquella chica acabó ganando el concurso. Takahashi le ayudó a escribir el libro. Hoy, La magia del orden ha vendido 8,5 millones de ejemplares en 40 idiomas. Marie Kondo, como se llamaba la concursante, es única autora de fama mundial solamente por la forma en la que ordena cuartos. Convoca a miles de konversos (así se presentan) a sus congresos de limpieza. Y en enero, el proyecto entró en otra dimensión: Netflix estrenó un reality protagonizado por ella que, un mes más tarde, es el primer gran fenómeno televisivo de 2019.
En el libro, Kondo propone una filosofía animista: hay que mimar cada objeto de nuestra casa y agradecerle los servicios prestados tras su uso. Debemos abrirnos a la alegría que irradia; si ya no nos irradia nada, hay que desecharlo –y con Marie Kondo se desecha mucho–, no sin antes despedirnos de él con una pequeña ceremonia de respeto. En la serie, Kondo se presenta en casas de atribulados estadounidenses como una Mary Poppins de metro 42 armada con su sonrisa y tolerancia cero para trastos que choquen con su método KonMari. A una viuda le ayuda a lidiar con la ropa de su difunto marido; a una madre le enseña a desligarse del orden de la casa familiar. No hay problema que no sea capaz de resolver. Si la acumulación de objetos es el desagradable síntoma del consumismo; si el caos es el reflejo de la era de excesos que vivimos, Marie Kondo es más que una cara televisiva. Es un personaje a medida de nuestros tiempos.
“No era una profesional de la escritura: el primer manuscrito de La magia del orden parecía un resumen para un taller. Pero era una profesional del orden”, recuerda Takahashi. Para cuando conoció a su futuro editor, Kondo llevaba años cobrando por organizar las casas de sus amigas. Era una ocupación poco común, pero ella la arrastraba desde la universidad. Por las mañanas, estudiaba sociología; por las tardes, ordenaba. Fue así como descubrió que el orden es más psicológico que práctico; que la acumulación está vinculada a la memoria y a las emociones, y que el vínculo entre un objeto y su dueño iba más allá de la posesión. Tras graduarse, encontró trabajo en una agencia de empleo pero siguió ordenando casas, antes y después de fichar. Cobraba hasta 100 dólares la sesión de cinco horas. Al poco, dejó la agencia y se dedicó en cuerpo y alma a ordenar. Al poco, se apuntó al concurso de escribir best sellers.
Ella insiste que no comenzó a ordenar por dinero, que la organización era una obsesión que surgió en su infancia. En parvulitos organizaba las cosas de su familia y robaba las revistas sobre hogares de su madre. Se enteró de que la biblioteca nacional de Japón tenía una buena colección de títulos sobre limpieza y orden. Los menores de edad tenían prohibido el acceso. Ella pasó allí su 18 cumpleaños.
“En el Japón de los noventa, tras el desplome de la economía, surgió un movimiento alrededor del arte de desechar: hasta entonces se nos inculcaba comprar más y más”, explica Kyoichi Tsuzuki, un fotógrafo japonés de 63 años que pasó años accediendo y retratando casas desordenadas de tokiotas. Reunió esas fotos en un libro llamado Tokio: A Certain Style. Conoce bien la cultura de la que viene Kondo y su relación con la realidad. “Es sucesora de esa tradición. Pero sus libros son como métodos de dietas. Todo el mundo quiere probarlo y nunca le salen”. En el nuevo orden mundial, no todo el mundo es konverso.
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