Sicilia
'Maltese' entronca con esa predilección por lo criminal de las televisiones italianas
Rafael Azcona decía que el cine italiano había perdido su gracia cuando los guionistas se compraron un coche y dejaron de viajar en autobús. Habían perdido su conexión con las formas populares de entender el mundo, es decir, de entenderse ellos mismos. Y algo de eso había: ahí está I vitelloni (1953), del gran Fellini o Il sorpasso (1962), del gran Dino Risi para comprobar las virtudes del transporte público a la hora de narrar una historia sin pretensiones trascendentes. Sin embargo esa desconexión parece remitir, sobre todo en las series italianas.
Maltese (Sundance Tv), de la que se ofreció de un tirón los cuatro primeros capítulos de su primera temporada el pasado domingo, entronca con esa predilección por lo criminal de las televisiones italianas y lo hace tratando de encontrar personajes y diálogos apegados a la realidad hasta el punto que la ficción ideada por Leonardo Fasoli y Maddalena Ravagli (ambos creadores de Gomorra) y Gianluca Maria Tavarelli (uno de los creadores de Montalbano) podrían subtitularla: crónica de un tiempo y un país.
Estamos en 1976 y en Trepani, Sicilia. La mafia empieza a descubrir las ventajas financieras de la heroína frente al modesto contrabando de tabaco. Años antes, el gran Francesco Rossi y su Le mani sulla città (1963), ya explicaban las ventajas de la alianza de los promotores inmobiliarios con el poder local. ¡Son las recalificaciones, estúpidos!
Maltese picotea de aquí y de allá y asume la ya importante herencia de los Camilleri -tan fan de nuestro Vázquez Montalbán- Sciascia o Donna Leon y nos muestra los esfuerzos de un comisario que decide volver a su ciudad natal para descubrir a los autores del asesinato de su amigo de toda la vida, el también comisario Gianni, coadyuvado por un selecto grupo de inspectores tan próximos a los inútiles fellinianos.
Naturalmente, y más en una buena serie que apuesta por el realismo, no podían faltar las rentables relaciones entre los políticos corruptos, algunos indignos representantes de la Justicia y los narcotraficantes. ¿Habrá algún día una serie Gürtel?
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