‘You’, el drama tóxico que es una obsesión
La última droga maratoneable de Netflix no es la típica historia de amor de Hollywood
Chico se enamora de chica. Chico comienza a investigar sus redes sociales para conocerla mejor. Dado que solo ve lo que hoy conocemos como postureo, chico decide buscar su casa y espiarla desde la calle hasta que la conozca tanto que la chica quede prendado por él al instante. You, la última droga maratoneable de Netflix, no es la típica historia de amor de Hollywood. Como diría aquella bachata que comenzó a introducirnos en España en un reguetón primigenio: no es amor, lo que tú sientes se llama obsesión. Y esta obsesión es perfecta para la era del Me Too.
Algunos no tardaron en describir la nueva serie del canal estadounidense Lifetime (donde fracasó antes de pasar a Netflix y convertirse en un fenómeno global) como un drama de sobremesa de fin de semana, de esos que produce esta cadena experta en historias basadas en hechos reales y relatos romanticones para luego venderlas a precio de ganga en cadenas internacionales como Telecinco o Antena 3. Aunque en parte tengan razón, la comparación no debería ser por sí un insulto. De hecho, no es habitual encontrar una serie sin esa pizca de culebrón, de drama forzado. La diferencia está en cómo se cuenta y desarrolla
You, creada por Greg Berlanti (omnipresente productor de casi una veintena de series en emisión, entre las que se encuentran Riverdale, Blindspot, Sabrina, Supergirl y Titanes), presenta giros locos que penden de la incredulidad, tramas exageradas y algún personaje tópico. Aunque, al contrario que la mayoría de esos telefilmes, destila un sentido del humor que lo hace ser consciente de su estructura y de esa molesta, pero juguetona, voz en off que nos retrotrae a Dexter. La serie basada en el libro de Caroline Kepnes tiene, además, una fotografía cuidada e invita a reflexionar sobre temas necesarios en 2019. Ya no solo sobre la actitud machista del protagonista (Penn Badgley, Gossip Girl, Margin Call), reflejada en el movimiento Me Too rozando lo obvio, sino también alrededor del uso rutinario que hacemos de las redes sociales y nuestra comunicación, que saca la pizca de acosadores que todos llevamos dentro.
Porque You es hija de su tiempo. Por desgracia, es fácil sentirse identificados en la manera de ligar mediante Whatsapp e investigar a través de Facebook e Instagram a alguien por quien te sientes atraído. Por suerte, lo que hacemos la mayoría no va a más. Por suerte, nuestra vida tampoco da para una serie. Ni siquiera para un capítulo de 20 minutos.
Es el espectador el que debe trabajar en no justificarlo, en saber que la relación que el protagonista busca no es romántica ni normal. Algo que se hace más sencillo mientras que la serie avanza y acerca cada vez más al personaje a un sociópata más parecido a Dexter, incluso en lo carismático, que a Cyrano de Bergerac. Lo que le deja tiempo para explorar temas tan reales como hasta dónde llevar el amor, lo dañinas que pueden ser algunas relaciones (no solo de pareja) y el papel de una lucha de clase que la acerca peligrosamente a Gossip Girl. Entre, eso sí, bastante locura, sangre y misterios llenos de salseos y uyuyuyuyuys. En la jerga extendida en la actualidad, You es una serie sobre todo lo que ahora definimos como tóxico.
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