Seis series infantiles que no están nada mal para ver con los más pequeños
Lo fácil es poner la tele y dejar a los niños viendo dibujos animados que acaban cargando a los adultos. Pero también hay ficciones que se pueden disfrutar junto a ellos
Cuando hablamos de series en nuestro día a día, que lo hacemos mucho, lo hacemos de los grandes dramas de HBO, de las apuestas de Netflix por enganchar a todo tipo de público, del envite de Movistar por crear ficciones españolas diferentes. Pero en muchas casas lo que más se ve es La patrulla canina. Sí, entre un capítulo de The Terror y uno de Félix, a muchos les toca ver a Cleo y Cuquín, Masha y el oso o a los perros más serviciales de la historia para contentar al miembro más pequeño de la familia. Y es algo que se puede hacer con gusto.
Hay muchas series infantiles de animación para los más pequeños (pongamos por debajo de los cinco, por acotar) que están espléndidamente hechas. ¿Lo peor para el adulto? Tener que ver una y otra vez el mismo episodio o aguantar la misma fórmula en cada capítulo. ¿Lo mejor? Son capítulos de seis, siete minutos. Y que se puede aprovechar para ponerlo en inglés, que daño no hace. Dando por hecho que los interesados hemos pasado todos seguro por Pocoyó y Peppa Pig y que nadie soporta más a Dora la exploradora, aquí un filtro para elegir varias series que tienen su punto, por las historias, por la animación o porque simplemente se disfrutan con los niños.
La Patrulla canina (Nick Jr., Clan, HBO, Amazon y Netflix). Esta serie canadiense es perfecta para aquello de enseñar valores, el trabajo en equipo y respetar a los animales. Pero ojo, crea adicción a los niños. Hay espectáculos de teatro y en algunos cines los fines de semana en este mes de mayo proyectan tres episodios inéditos seguidos para quien quiera que los niños disfruten de su primera experiencia en el cine. La patrulla la conforman un niño y sus seis (en la tercera temporada ya son ocho, aunque dos no están en el equipo titular) equipadísimos cachorros, cada uno de una raza, cada uno con una cualidad y un cometido. Y todos con vehículos aún más equipados. Hay un policía, un bombero, uno que recicla, un obrero, una que vuela, el que rescata en el mar... En cada episodio tienen una misión en la que cada uno tiene algo que hacer. Y no preocupar, los gatos no quedan mal parados.
Cleo y Cuquín (Clan y YouTube). Como si se tratara de una gran superproducción de Hollywood podríamos decir, de los productores de Pocoyó y de los creadores de La Familia Telerín llega... Cleo y Cuquín. Esta serie, producida para TVE, tira de nostalgia para los más mayores al recuperar a los Telerín (sí, los de "Buenas noches, nos vamos a la cama...") y de una animación limpia con historias simples y directas para los más pequeños. Capítulos cortos en los que el bebé, Cuquín, se mete en un lío y Cleo, la mayor, le saca del mismo a través del juego. Y en muchas ocasiones con la ayuda del resto de hermanos, Teté, Maripí, Pelusín y Coletas.
Masha y el oso (Canal Panda, Clan, HBO y Netflix). Esta serie rusa tiene muchos adeptos entre los más pequeños y funciona bien con los adultos por saber mezclar lo más visual con el slapstick y pocos diálogos. Está basada en un cuento folclórico ruso y todo se ciñe a las aventuras de un oso antropomorfo, que tiene su casa, sus muebles y demás y una niña tan pesada que como todos la rehúyen de lo plasta que es, va a ver al oso todos los días. Tienen una relación de amor-odio interesante. Sí, Masha es un poco insoportable a ratos, pero todos los adultos se sentirán muy identificados con el buenazo del oso.
El pequeño reino de Ben y Holly (Clan, HBO, Netflix y Amazon). Serie inglesa sobre un mundo de duendes, princesas y magia. Destaca la animación que tiene, más tradicional, y ese aire a cuento de toda la vida con el que los guionistas juegan en todo momento. Tiene bastante sentido del humor y mucho encanto. La alternativa perfecta a los que estén cansados de Peppa Pig y no quieran series en animación 3D.
Jelly Jam (Clan y YouTube). La animación de esta serie es como la de Cleo y Cuquín (es la misma productora). Para los niños pequeños lo tiene todo, colores, personajes raros, aventuras y música. Para los adultos tiene la curiosidad de que las canciones están compuestas por Guille Milkyway (con su adaptación en inglés incluida). Es la serie ideal para no escuchar una y otra vez las mismas canciones machaconas
Beat Bugs (Netflix). Y de la música de Milkyway pasamos a lo más clásico con los Beatles. Beat Bugs es, como todas estas series, muy simple en su planteamiento: un grupo de amigos (los bichos de un jardín en este caso) que en cada episodio tienen que afrontar un impedimento y resolverlo juntos. Y lo hacen cantando canciones de los Beatles, cuya letra se traslada de forma a veces demasiado literal. Eso a veces funciona y a veces, no. Eso sí, son todo versiones, de artistas como Sia, Of Monsters and Men, Regina Spektor, James Corden, Eddie Vedder…
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