‘Killing Eve’, anatomía de una espía
Sandra Oh y Jodie Comer protagonizan una mezcla de drama y comedia sobre la caza de una asesina a sueldo
Hay que quitarse la pregunta de encima pronto. Cuatro años después de abandonar Anatomía de Grey, ¿le gustaría a Sandra Oh volver en algún momento a la serie, quizá en un último episodio? Con una gran sonrisa, siempre muy amable, responde rápidamente: “Ya que estoy aquí, voy a decir que no”. Con aquí se refiere a Canneseries, el festival celebrado en la ciudad francesa y en el que presentó su último show televisivo, Killing Eve (los lunes en HBO España), un thriller de espías y asesinas con una alta carga cómica, marca de la casa de su creadora, la inglesa Phoebe Waller-Bridge (Fleabag, Crashing). Y ese “No” deja pocas dudas.
Sandra Oh es la Eve del título de la serie de la que sí quiere hablar, “una mujer de mediana edad, muy inteligente, aburrida, felizmente casada, pero insatisfecha, frustrada con su trabajo”, ella aspiraba a ser siempre una espía y ha acabado en el MI5 haciendo tareas burocráticas. Hasta que un día le dice a sus jefes que el asesino internacional que están buscando debe de ser una mujer. Y lo es: se llama Villanelle (Jodie Comer), una chica rusa, que vive en París, elegante, muy lista y con cero sentimientos por el mundo. Eve empezará a perseguirla y Villanelle se dejará perseguir al tiempo que también va a la caza de Eve. “No jugamos al ratón y al gato, jugamos al gato y gato, sus mundos se cruzan y las dos mujeres están al mismo nivel”, explica Oh.
“Creo que Villanelle enciende algo en Eve, una vitalidad. Cuando conocemos a Eve, está asentada en su vida de mujer de mediana edad, intentando descubrir qué hacer para estar más satisfecha”, explica la actriz canadiense. “Yo no comparto eso con ella, no estoy aburrida, me gusta mi trabajo, pero sí compartimos edad y momento vital y me interesaba ese debate interno porque yo me pregunto lo mismo, ¿qué mantiene viva a una mujer en esta edad?”.
Le interesa la pregunta, pero Sandra Oh, que empezó a actuar con 10 años, tiene bastante claro que su trabajo es lo que la “mantiene con los pies en la realidad”. Y ahora puede celebrarlo especialmente porque Killing Eve es el primer papel protagonista que tiene en su carrera: “Llevaba 30 años esperando para algo así”, explica, y habla tanto del personaje como de la serie.
Está convencida de que la televisión en EE UU lleva ventaja al cine en cuanto “a incluir diversidad de razas y contar más historias de mujeres”. “Siempre me he sentido bienvenida en la televisión”, comenta, pero sabe que no ser blanca también ha limitado su carrera. Hasta el punto de que cuando le llegó el guion de Killing Eve, no pensó que le estaban ofreciendo el protagonista, el papel del título.
También fue porque en los últimos cuatro años se había desencantado un poco con la industria. Al dejar Anatomía de Grey, después de nueve años interpretando a la doctora Cristina Yang, con su Globo de Oro en casa, y con ganas de hacer más televisión, pensó que le llegarían muchas ofertas interesantes. No fue así, aunque tampoco ha estado parada. “He hecho teatro, un par de películas, una temporada de American Crime, producido una película de animación y también he tenido que decir muchos ‘no’ estos años”, reconoce. “Pero está bien, necesitaba encontrar la historia correcta y me siento afortunada de haber sido paciente. ¡Ja! El gran logro de mi vida ha sido ser paciente”, se ríe.
Killing Eve es la historia que ella buscaba y es la historia que el momento actual necesita, cree Sandra Oh. “Empezamos hace dos años, y justo cuando rodábamos comenzó el #MeToo y pensábamos: ‘Estas historias son las que hay que contar, ya somos el cambio que hacía falta”, recuerda. “Ahora solo hace falta que no seamos una excepción, que haya más historias así con mujeres”.
Espía como te dé la gana
"Esto no es un show de mujeres duras", dice Phoebe Waller-Bridge. Killing Eve es un thriller, una historia de espía y asesina, con cierta acción, con bastante humor agudo y poco políticamente correcto como es ella. Pero no es una historia de mujeres duras y punto. "Es un estudio de dos mujeres, con sus miedos, sus necesidades y sus deseos", cuenta. Adaptación de las novelas de Luke Jennings, Codename Villanelle, la serie, ya renovada para una segunda temporada, es un intento de la creadora inglesa "de subvertir el género" y de presentar unos personajes nada estereotipados. "Así hablan las mujeres reales, las que conozco al menos", dice. Hablan rápido con una voz muy particular, la de Waller-Bridge, que ahora Sandra Oh tiene que hacer suya. "Podría parecer lo más complicado", dice la actriz. "Y aunque encontrar el tono de la serie pudo serlo, en seguida entendí qué quería decir Phoebe".
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