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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Dicho y hecho’: humor de barra de bar para la noche del viernes

TVE intenta heredar la audiencia de 'Tu cara me suena' mostrando a rostros conocidos enfrentándose a retos improvisados

José Corbacho y Pablo Carbonell en un momento de 'Dicho y hecho'
José Corbacho y Pablo Carbonell en un momento de 'Dicho y hecho'
Héctor Llanos Martínez

“¿Que no me atrevo? Aguántame la cerveza”. Con estas dos frases se puede resumir, a grandes rasgos, Dicho y Hecho, el nuevo espacio de humor de TVE para la noche de los viernes. El programa nació literalmente en los bares. Y eso se nota en su resultado.

Una maestra de ceremonias, Anabel Alonso, y su ayudante José Corbacho plantean retos absurdos para seis humoristas. Les obligan a hacer cosas como pintar el retrato de un caballo montados en otro caballo o interrogar a un señor sueco que no pronuncia ni una palabra de español. Los concursantes, un grupo variopinto que incluye al veterano Pablo Carbonell y a la actriz Elena Furiase, echan mano de su imaginación para salir del paso.

Este batiburrillo que bebe del teatro de improvisación se gestó en el Fringe de Edimburgo, la vertiente alternativa del festival de artes escénicas más prestigioso del mundo. Mientras algunos de sus colegas de profesión interpretaban a Samuel Beckett o a Shakespeare sobre las tablas de la capital escocesa, a Alex Horne y a sus compañeros humoristas les dio por competir para ver quién hacía la burrada más gorda. La mente retorcida de su anfitrión ideaba las misiones a las que se enfrentaban. Tras años respetando la tradición entre ríos de cerveza, llevaron Taskmaster a una productora. Ya encadenan cinco temporadas de éxito en la televisión británica.

La estrategia de TVE parece clara con este estreno. Dicho y hecho llega una semana después de la final de Tu cara me suena 6 con la intención de heredar su abultada audiencia en la noche de los viernes. Por eso emplea una fórmula muy parecida a la del exitoso programa de Antena 3: colocar a seis rostros conocidos fuera de su zona de confort, obligados a hacer cosas que ni el espectador ni ellos mismos esperan.

Casi todas las pruebas a las que se enfrentan Secun de la Rosa (Aída), Goizalde Núñez (Los Serrano) y compañía en la versión española de este espectáculo coral están grabadas y rodadas en exteriores. Todas ellas cuentan con un importante componente de comedia física, de eficacia casi universal.

Pero una parte fundamental de Dicho y Hecho se encuentra en el escenario del teatro donde todos sus participantes se juntan para comentar la jugada. La televisión española no está tan acostumbrada a esa faceta de humor dialogado tan del estilo británico y que funciona muy bien en el talk show nocturno de Graham Norton

En su primera entrega en TVE, la química entre sus ocho participantes tarda casi una hora en surgir. Es demasiado tiempo como para que una buena parte de la audiencia no haya sentenciado ya a la arriesgada propuesta de la cadena pública. Con algo de paciencia, uno descubre que  el espacio sí logra mantener el ambiente de tasca de la versión original e incluso alcanzar algún que otro ramalazo de genialidad surrealista.

La creatividad de los guionistas resulta clave en este tipo de entuertos, al igual que lo es el casting del programa. Lo segundo termina por funcionar; lo primero solo a ratos. Y el resultado final es demasiado confuso, más incluso que Me resbala, aquel programa de Antena 3 con el que comparte ADN.

A pesar de todo, es comprensible que TVE se la haya jugado con una apuesta tan complicada como Dicho y hecho, teniendo en cuenta los buenos resultados que ha obtenido recientemente con otros formatos británicos. Masterchef y Maestros de la costura (The Great British Sewing Bee) están entre ellos. El futuro programa de baile con famosos de La 1 también adaptará al Strictly Come Dancing de la BBC en vez de apostar por su propio clásico, Mira quién baila.

La diferencia es que todos estos espacios estaban testados por la cadena pública de Reino Unido y ya han demostrado ser capaces de entretener a las masas. En cambio, Taskmaster es un contenido pensado para Dave, una cadena por cable con un rango de seguidores mucho más reducido. Quizá demasiado complejo como para desconectar con él al final de una larga semana de trabajo.

* Dicho y hecho fue seguido por 877.000 espectadores con un mal 5,5% de cuota de pantalla.

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Sobre la firma

Héctor Llanos Martínez
Redactor especializado en nuevas narrativas audiovisuales (streaming, pódcast, redes sociales) y en el género documental, con varios años como autor del blog 'Doc&Roll'. Formado en Agencia Efe y elmundo.es, antes de llegar a Verne y la sección de Madrid de El País, escribió desde Berlín para BBC, Deutsche Welle, Cineuropa, Esquire o Yorokobu.

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