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arte

Mieke Bal, explorando el capitalismo emocional

La artista propone en el CGAC una transfiguración de la novela 'Madame Bovary' que enfrenta la historia de una mujer y la historia del arte

After Opera.
After Opera.

Conocí a Mieke Bal en la lectura de Conceptos viajeros en las humanidades (Cendeac, 2009) al mismo tiempo que leía La imagen superviviente. Historia del arte y tiempo de los fantasmas según Aby Warburg, de G. Didi-Huberman (Abada, 2009). Ambos rescatan de la historia y para la historia del arte, conceptos e imágenes como personajes de un relato continuo en el que nos sentimos menos solas. Después, hace unas semanas, en el CGAC, paseábamos juntas por la videoinstalación que con motivo de su intervención en el seminario Nuevas Narrativas para el Arte Contemporáneo se expone en uno de los espacios recuperados por el centro para uso expositivo, el hall de entrada a los aseos.

Madame B. Explorando el capitalismo emocional es una película abierta en ocho actos reproducidos simultáneamente en 16 pantallas que formalmente me recuerda mucho a Ritual en tiempo transfigurado (1946) de Maya Deren. Una transfiguración de la novela Madame Bovary de Gustave Flauvert que enfrenta la historia de una mujer y la historia del arte, ambas en un tránsito entre siglos, del XIX al XX y el del XX al XXI, a un tiempo presente del que nos revela las claves. Este desplazamiento temporal las convierte a ambas, a la historia de la primera mujer tentada por la publicidad y el consumismo en la literatura, Madame Bovary, y a la de una práctica estética claramente aristocratizante, el arte, en presencias coetáneas que nos hablan sobre todo del aburrimiento existencial. Un aburrimiento al que Mieke Bal se refiere como ineludible puesto que el éxtasis, el que Madame B experimenta frente a la belleza, la comida, el arte o sus amantes en la película, son siempre instante. Es justamente el deseo prolongado de ese instante lo que la película identifica con el capitalismo. Una excusa para explorar y explotar nuestras emociones. Al arte y a la economía compete decidir con qué fines.

Rod Park.
Rod Park.

Ante la falta de herramientas para la construcción de tramas que presenta hoy la historia la potencia está, nos dice Mieke Bal siguiendo la tesis del profesor Michael Rothberg, en la memoria multidireccional. “¡Qué pobre memoria aquella que solo funciona hacia atrás!”, le grita la reina a Alicia en el País de las Maravillas que la escucha incrédula. Esa es la herramienta que Bal, teórica y crítica de la cultura, nos ofrece en esta pieza y en sus estudios sobre la narrativa del relato histórico en arte. Debemos hacer funcionar la memoria en todas direcciones, también hacia delante. Se impone la imaginación histórica, la producción artística, por qué no, de la historia. Mieke Bal apuesta por la valentía de afrontar este diálogo heterocrónico o trastornado, como ella misma lo llama en su último libro Tiempos trastornados (Akal, 2016), entre el pasado, la experiencia vital, el por venir y la voluntad histórica. Lo cierto es que las formas de contar que venimos utilizando en arte hace tiempo que fallan. No se trata tan solo de cómo crear un relato sobre los últimos comportamientos artísticos o de producir nuevas ideas sino de cómo acompañar con la forma a una práctica artística que no es más y aún sí lo que era, un objeto.

El arte es hoy una individualidad más afectada por su propia historia, aburrida por su acumulación, en busca de un afecto cierto que como la protagonista de Madame B en el hall del aseo del museo clama: llévame lejos. Lo mismo que parece decir Martha Rosler expuesta una planta más arriba, emitiendo señales desde una cocina, en vídeo, entre los varones neoexpresionistas gallegos de la muestra Modelo x armar. Arte en Galicia en la colección CGAC.

 Madame B. Explorando el capitalismo emocional. Mieke Bal. Centro Galego de Arte Contemporánea. Hasta el 28 de enero.

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