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arte / proyectos

El poder del trastero

Trastero 109 reaviva la escena artística de Palma de Mallorca con un espacio alternativo volcado en generar contexto

Vista de la exposición 'A Summer Game Inside a Light Stage', de Diego Delas.
Vista de la exposición 'A Summer Game Inside a Light Stage', de Diego Delas.

La idea era generar un espacio residual y de difícil acceso en una especie de metáfora de lo que la mayoría de gente externa a este mundo piensa del arte contemporáneo. También generar una especie de eco: cuestionar la propia idea de periferia, la relación entre los artistas y tensar las cuerdas de lo establecida que está ya la idea de espacio alternativo. Así nació Trastero 109, un proyecto de los artistas José Fiol y Tomás Pizá volcado en dinamizar, además, la escena artística en Palma de Mallorca. Primero ocupó el trastero de dos plazas de parking subterráneo de los padres de Tomás, en julio de 2015, pero después de tres exposiciones y varias quejas vecinales la idea cambió de ubicación al actual, un trastero situado en el patio interior del estudio del artista. Allí hacen exposiciones pero, sobre todo, “mutaciones curatoriales”, es decir, lanzan jocosas preguntas sobre las conductas y gestos entre lo institucional y lo independiente. Me refiero, por ejemplo, a la muestra de un día de Víctor Jaenada, Casi hago una expo en la Marlborough de New York, comisariada por Fidel Balaguer. Una exposición de un día con un comisario invitado y sobre la idea de una exposición fallida que da como fruto una exposición exitosa. En este caso, el espacio de Trastero 109 lleno de la documentación de esa “casi expo” y “casi momento de éxito”. El humor ya viene intrínseco en el trabajo de este artista pero la lectura desde un espacio como este, tan alejado de la visibilidad que pudiera tener la Marlborough de Nueva York, que a su vez es desconocida para la gente ajena al mundo del arte, no deja de añadir lectura a algunos de los temas que comparten los propios artistas que dan vida al espacio.

Hablamos de ello con ambos, de forma coral. “Se asocia demasiado el éxito a la visibilidad, cuando en realidad debería consistir en hacer lo que uno quiere y poder vivir de ello. El reconocimiento llegará con el tiempo. Hay demasiada expectativa en el campo del arte. Es imposible cumplirla. Se espera que pasen muchas cosas y muy rápido, cuando el mundo del arte en realidad sigue siendo otra cosa, con otros tiempos. Una visibilidad rápida se puede acabar convirtiendo en un olvido igual de rápido”, dicen. Por eso aquí se impone otro tempo. “El trastero es un lugar que se utiliza para guardar objetos en desuso o trastos. Ocasionalmente, puede funcionar como espacio que define o distingue lo que es útil y lo que momentáneamente no lo es. Visitar un trastero puede suponer reutilizar objetos y, por lo tanto, que vuelvan a la condición de útiles o desecharlos definitivamente y que pasen a ser inútiles. Dada la inutilidad del arte, nos interesa la idea de cómo el trastero como espacio expositivo invierte el proceso al incluir obras (objetos artísticos) determinadas funcionalmente como inútiles (de cara a la sociedad) que tras ser incluidas en el trastero (este espacio intermedio) pueden revertir su utilidad, ya sea formal o conceptualmente a través de las relecturas que un comisario pueda darles”, explican.

Trastero 109 también tiene una lectura mucho más directa y simple. Nace para dar (y darse) a conocer, para reavivar el bajo tono del mundo del arte en las islas y como puerta de diálogo para conocerse. Funciona como una excusa para hallar otras cosas, como ocurre a menudo al abrir un trastero. Vas a buscar una cosa y encuentras, además, otras. Y eso ocurre también en esta conversación.

Empecemos positivando. Hagan un breve diagnóstico de cómo es el arte contemporáneo en las islas.

Pieza de Víctor Jaenada.
Pieza de Víctor Jaenada.

Hay buenos artistas, las galerías hacen un buen trabajo y tenemos centros de exposiciones con muchas posibilidades. El problema es que no existe unión entre el propio contexto del arte, que es lo que podría hacerlo más potente. Podríamos decir que está dividido. Por una parte, hay unos centros de arte que son competencia del Ayuntamiento como el Casal Solleric, que tras un largo periodo sin director y casi inactivo ahora vuelve a tener uno. Es pronto para valorarlo pero se presume una línea de actuación muy marcada. El CAC Ses Voltes también está inactivo y parece ser caso de disputa entre las diferentes asociaciones y el Centro Cultural Casal Balaguer, recientemente reformado y que parece que se convertirá en el Museo de Historia de la ciudad. Hay otros centros competencia del Consell como el Centro Cultural La Misericordia, en el que se realizan algunas exposiciones pero muy distanciadas en el tiempo o Sa Llotja, otro edificio que en momentos puntuales se ha utilizado como centro expositivo. El museo Es Baluard es un buen espacio con un presupuesto pequeño y en el que se revisa constantemente su colección particular. Por otra parte, están las galerías que son quienes realmente sustentan el tejido artístico, y existen otros espacios alternativos que también programan exposiciones, centrados en dar visibilidad a la escena local. Trastero 109 nace en un momento de transición política por lo que las principales instituciones artísticas de la ciudad o bien no estaban activas, o si lo estaban no enfocaban sus políticas hacia donde nosotros hemos puesto el foco.

Pudiera parecer que hay algo tramposo en el planteamiento de un proyecto como este. Me refiero a la cuestión del público. ¿Para quién habláis? ¿A qué público os dirigís?

En realidad, nunca lo hemos pensado detenidamente y todo ha surgido de manera muy natural. La mayoría de público es gente del sector, aunque siempre acude público nuevo. Se están creando interesantes vínculos entre público, artista y comisario. Y eso sí que lo vemos importante. Además, nos gustaría ir hacia el otro lado, es decir, poder hacer exposiciones con artistas y comisarios de las islas en espacios de fuera, por ejemplo en ferias. Estamos valorando ir a alguna feria internacional. Próximamente haremos algo relacionado con Londres y Barcelona que es donde ahora mismo tenemos puesta nuestra atención.

¿Hay que singularizarse para tener éxito?

Singularizarse puede ser un buen punto de partida, una atracción inicial, pero el éxito, si llega, es al cabo del tiempo y debido al trabajo, la predisposición, la pasión…

¿Cómo se financia el proyecto?

El proyecto desde un principio es autofinanciado, si bien es verdad que para la participación en la feria Swab y para otra exposición conseguimos financiación del ILLENC (Institut d´Estudis Baleàrics), el problema es que los modelos de financiación pasan más por residencias de comisarios o exposiciones con artistas locales que por las exposiciones con comisarios y artistas de fuera de las Islas Baleares que era nuestro objetivo inicial. Para las exposiciones, en la mayoría de los casos, contactamos con un comisario y le proponemos una exposición en el espacio con un artista de su elección.

¿Se puede vivir del arte?

Sería interesante redefinir la expresión vivir del arte. Si hablamos de estabilidad, en términos generales, no. Si nos referimos a mal vivir, tal vez hasta los 35 gracias a premios o becas y después sólo si se desarrolla un tipo de obra suficientemente apta para el mercado, el problema es que se ha llegado a un punto en el que la precariedad económica ha hecho que confundamos mal vivir con vivir del arte.

¿Alternativo es sinónimo de precario?

En términos económicos, aunque no tendría por qué serlo, casi siempre lo acaba siendo, pero ya no solo lo alternativo, sino también lo institucional, que es lo que no se tendría que permitir. De todas formas el hecho de que sea precario económicamente no tiene porque afectar a la calidad del proyecto.

La figura del comisario, ¿ha pasado de boom a bluf?

Vista de la exposición 'STILL LIFE / dos formas de jugar a ser un dios'.
Vista de la exposición 'STILL LIFE / dos formas de jugar a ser un dios'.

Es como todo, los comisarios que verdaderamente trabajen de forma profesional, que se relacionen correctamente con los agentes culturales, artistas y con el contexto seguirán, el resto se acabará convirtiendo en otra cosa.

¿Un espacio alternativo es mejor que uno convencional? ¿Por qué?

Un espacio alternativo es diferente a uno convencional. Se puede permitir ciertos riesgos en cuanto a exhibición o económicos, y la predisposición es mayor, los costes menores y no hay un balance de cuentas o de visitas a final de año.

¿Qué entendéis por institución en relación al mundo del arte? ¿Qué o quienes lo son?

Institución debería ser cualquier persona, espacio o centro que priorice la calidad de los proyectos, la profesionalidad y las buenas prácticas por encima de visibilidades o lucimientos personales. Desgraciadamente sólo podríamos citar algunos nombres a título personal.

Llevad un tema importante al debate.

Nos importan los centros culturales, lo que se entiende por accesibilidad a éstos por parte de los artistas, cómo los espacios culturales públicos se politizan focalizándose en el nombramiento de un director que llega con una línea ya muy marcada de por sí y que deja fuera al resto de propuestas artísticas que no tengan que ver con dicha línea; cómo incluso las convocatorias vienen ya marcadas por la elección del jurado. Los museos tendrían que estar más abiertos a convocatorias para artistas, espacios o colectivos sin límites de edad, de ideología, de formalización, etc. Se tendría que ver todo con más perspectiva. El arte debería estar por encima de tendencias.

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