Serranito, el adelantado

Se trata de una suerte de verdad transmitida que no se cuestiona: la guitarra flamenca de concierto moderna se cimenta en la triada fundamental que componen Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar y Víctor Monge Serranito, sin que ninguno de ellos deba ser omitido. A su vez, más de un maestro ha apuntado el valor pionero de la obra de Serranito, reconocido como el adelantado de su generación. La reedición de sus primeras grabaciones para Hispavox/EMI (Warner) otorga razones a los que así han opinado, pues resulta palpable que, efectivamente, Víctor Monge (Madrid, 1942) se adelantó en tiempo y forma a sus compañeros. Sin entrar en ningún tipo de competición, es cierto que fue el primero en registrar un EP con cuatro temas y en editar un disco en solitario de guitarra de concierto. Para abundar en las cuestiones formales, basta con sumergirse en la escucha de esos registros.

Serranito había publicado en 1963 un EP con cuatro temas, registrado una tarde sobre la marcha en el estudio donde iba a acompañar a Rafael Farina, pero no sería hasta 1966 cuando viera la luz su primer LP con una decena de estilos que, en todos los casos, preservan su naturaleza original gracias a la claridad y pulcritud en la exposición. La sintaxis del discurso guitarrístico se ve ampliada y enriquecida con un despliegue armónico y técnico que continúa sorprendiendo hoy día, y que otorga a Víctor Monge una condición de artista de culto: “El guitarrista de los guitarristas”, como titula el escritor y productor José Manuel Gamboa en su recién publicada obra sobre Serranito y la guitarra flamenca de concierto (El Flamenco Vive, 2017).

Sin entrar en ninguna competición, fue el primero en registrar un EP con cuatro temas y en editar un disco en solitario de ese tipo

Dos años después, Serranito publica su segundo LP en solitario, Aires flamencos (1968), del que llama la atención una cierta intención antológica, pues si exceptuamos las bulerías, que son distintas a las del primer disco, el guitarrista no repite estilos, como si pretendiera abarcar una visión lo más amplia posible del universo de la sonata flamenca. Víctor Monge abunda en su fidelidad a una esencia original que refresca y nutre con un armonioso desenvolvimiento con todas las herramientas: alzapúas de flamenco acento, inspirados arpegios y trémolos y unos apabullantes picados (Gamboa nos descubre que son a tres dedos). Recrea además la rondeña de Montoya y se permite un alarde virtuosista con la interpretación del tema ‘El colibrí’ de J. Sagreras.

Entrados los setenta, Serranito es un artista reconocido y con la fama que le dan sus apariciones en televisión. Tal como aparece en la pequeña pantalla, registra su tercer disco grande (1971) con acompañamiento de un grupo de guitarristas, un formato que seguiría, entre otros, Paco de Lucía.

Su cuarto LP, Técnica y sentimiento en la guitarra flamenca (1975), es y no es: realmente se trata de un álbum recopilatorio grabado dos años antes en Japón y que la penosa incuria patria hace que se publique con la velocidad cambiada, con “unas tomas que de tan lentas resultan medio tono por debajo del de la interpretación”, según escribe Gamboa, que se ha encargado de la producción artística de esta reedición. La obra se completa con otro disco grabado junto a Manuel Cano, Tensión de sonoridades para dos guitarras flamencas (1967), donde se recrean las canciones populares que recogiera Lorca, el citado EP iniciático, dos temas provenientes de una antología y sus discos de acompañamiento al cante de Rafael Farina y, sobre todo, Gabriel Moreno, con el que formaría pareja artística.

El libro-DVD El guitarrista de guitarristas, de José Manuel Gamboa está editado por El Flamenco Vive. La caja de 4CD Una guitarra flamenca imprescindible, en Warner.