_
_
_
_
escena internacional / parís

Hinchas con tablas

'Stadium', protagonizada por 50 forofos reales del Racing Club de Lens, impacta en el Festival de Otoño

Álex Vicente
Una escena de 'Stadium', dirigida por Mohamed el Khatib.
Una escena de 'Stadium', dirigida por Mohamed el Khatib.

La obra dura lo mismo que un partido de fútbol: dos mitades de 45 minutos cada una. La prórroga tiene lugar en el vestíbulo del teatro, donde los espectadores debaten sobre lo que acaban de ver sobre el fondo festivo de bombos y trompetas. En el entreacto, el público se acerca a un tenderete de cucuruchos de patatas fritas con mayonesa. El espectáculo se titula Stadium y está protagonizado por hinchas del Racing Club de Lens, equipo de Segunda que vivió su hora de gloria en los noventa. Desde entonces no han dado pie con bola, pero se enorgullecen de contar con la afición más entregada del fútbol francés.

Dan fe de ello los 50 forofos que aparecen en esta obra, estrenada en el prestigioso Théâtre de la Colline que dirige Wajdi Mouawad, donde ya se ha convertido en la sensación del Festival de Otoño de París. Sentados en una sobria gradería, este grupo de actores no profesionales llegados del deprimido Pas de Calais explican sus motivos para adorar a este club. Y, de paso, también relatan sus propias vidas, que no siempre han sido fáciles. La caricatura inicial deja lugar a un diálogo íntimo y profundo. “No tenemos nada más que el fútbol”, dice uno de los protagonistas, en referencia a un contexto de decadencia industrial, paro estratosférico y tentación ultraderechista (en las últimas elecciones, el Frente Nacional obtuvo el 48% en Lens).

El responsable de la obra es Mohamed el Khatib, de 37 años. Esta figura ascendente de la escena francesa despuntó con varios espectáculos que protagonizaban otros anónimos: un agricultor, una mujer de la limpieza, un par de viejos lobos de mar. Todos ellos narraban sus respectivas existencias ante un público, la burguesía izquierdosa de París, poco acostumbrado a frotarse con la plebe. El Khatib, que fue futbolista semiprofesional antes de decantarse por la sociología y el teatro, intenta reconciliar dos mundos que nunca se ven ni se tocan. Lo novedoso es que no aspira a civilizar a los hooligans. Más bien al revés: persigue una sociedad que se parezca más a un campo de fútbol. “El estadio es el último lugar donde hay una mezcla social, donde se cruzan obreros y burgueses. Incluso la escuela ha perdido ya esta vocación”, sostiene. En un país donde la representación de la clase obrera suele provocar rubor, es lógico que su iniciativa haya sido ruidosamente aplaudida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_