La farándula vuelve a la cocina de ‘MasterChef Celebrity’

Dar espectáculo. Con ese objetivo arranca la segunda edición de MasterChef Celebrity este martes en La 1 (22.05). No puede ser de otra manera cuando la mayoría de los concursantes son actores y actrices populares. Entre el elenco se ha colado también el piragüista Saúl Craviotto, quien suma 15 medallas en K1 y K2 en Juegos Olímpicos, mundiales y europeos; el cantante Carlos Baute y el modelo Juan Betancourt. “En el sector de la interpretación hay más paro”, ironiza el actor, director y humorista José Corbacho, otro de los concursantes. El reality culinario lanza así nueva edición de su formato con famosos, el que ha tenido más éxito, con 3,2 millones de espectadores y un 28,2% de cuota de pantalla de media en la temporada pasada. “No vemos síntomas de desgaste”, apunta Toñi Prieto, responsable de programación de la cadena pública. El programa tiene tres ediciones al año. Con famosos, con niños y con adultos anónimos. Corbacho se lo ha pasado tan bien que propone además una edición senior.

Bibiana Fernández, Pepón Nieto, Marina San José, Anabel Alonso, Patricia Montero, Silvia Abril, Edu Soto y Usun Yoon también se pondrán el delantal y pelearán por hacer buenos platos. Aunque el buen rollo y el show son los ingredientes principales de esta versión de MasterChef, lejos de la competitividad que nace entre los concursantes anónimos, "nadie quiere perder", según apunta Pepón Nieto. Y hay momentos muy tensos. Como uno protagonizado por Jordi Cruz, que en su papel de juez disciplinado del concurso le espeta a uno de los concursantes en uno de los programas: “Cuidado con reírte de mi oficio porque yo no lo hago con el tuyo”. Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera también valorarán los platos con rigor, aunque la juez confiesa que aunque ha tratado de ir de seria, se ha muerto de risa con el humor de los concursantes. “Hay tanta amistad que nadie se ha salido de ‘Saboor’, nuestro grupo de WhatsApp”, cuenta Corbacho.

Cocinar con la presión de una cuenta atrás y unos ingredientes extravagantes han desatado la incontinencia verbal de Bibiana Fernández en el programa. “Cuando voy al supermercado me compro unos solomillos, no me llevo un guarro entero para después despiezarlo, como un destripador”, ironiza la actriz. “Era como las plagas de Egipto”, exagera con humor. La olla exprés y la vitrocerámica también han sido dos enemigas para ella: “no me gusta cocinar con eso, no lo entiendo. Yo, donde voy, pongo fuego”.

Su compañero Pepón Nieto lleva toda la vida cogiendo la sartén por el mango. Bebió de la cocina tradicional de su familia, que tenía un restaurante. “Pero nunca había tenido que sacar un plato de una cabeza de cerdo”, admite. La parte más técnica, como las esferificaciones, la elaboración de espumas o el uso de vientos, son cosas que han aprendido, pero los dos coinciden en que no las aplicarán en casa. “Más que nada porque utilizas cosas que no te venden ni en el súper; tienes que ir a la droguería”, ironiza el actor.

Uno de los concursantes más desconocidos en el mundo de la televisión quizá sea el medallista olímpico Saúl Craviotto, uno de los que más “sorpresas culinarias” va a dar a los espectadores, según los productores del programa. “He perdido muchos kilos”, ironiza el deportista, ya que aunque haya espacio para la risa, la exigencia y el rigor son la tónica. “Esta experiencia no me la imaginaba tan dura. Lo ves desde casa, te proponen venir y dices, tampoco será para tanto”, reflexiona la actriz y cómica, Silvia Abril. Y es que el reality no da tregua. Cada semana habrá un cocinero ganador que logrará un premio de 4.000 euros, que destinará a una ONG. El vencedor final recibirá 75.000 euros, que también destinará a una obra benéfica. Todos ganan en MasterChef.