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Columna
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No quiero teorías sobre ‘Juego de tronos’

Termina una temporada e Internet se llena de listillos que dicen saber a dónde va a ir la historia. Desafortunadamente, son listillos más listos que yo

Natalia Marcos

Termina una temporada, o hay un giro en una serie, e Internet se llena de listillos que dicen saber a dónde va a ir la historia. Desafortunadamente para mí, muchas veces aciertan. Porque son listillos más listos que yo. Me pasó con Westworld. Parece que el mundo seriéfilo estaba ávido de un nuevo Perdidos, una serie con la que teorizar cada semana y tratar de prever el siguiente giro. Que si ese destello en la esquina superior izquierda quiere decir que blablabla. Que si este personaje ha mirado a ese otro y eso es porque mimimi. Mi error fue leer algunas de esas suposiciones. Era difícil escapar, sobre todo si quieres estar más o menos informado de lo que se cuece en el mundo de las series. ¿Resultado? Todos tenían razón, malditos sean. Y cuando llegaron los giros, ya no me sorprendieron. La entrega fandom se había convertido en spoiler.

Ha terminado la penúltima temporada de Juego de tronos y, desde ese mismo momento, surgieron multitud de conversaciones y de teorías sobre lo que vendrá. ¿Qué significaba esa mirada de Tyrion? ¿Y esa sombra que parecen dibujar los caminantes blancos? ¿Ocultará algo Cersei? ¿Cómo puede terminar todo esto? Circulan tantas teorías, y todas con tanto sentido, que es más que probable que algunas sean ciertas. Pero no quiero saber. Quiero dejarme llevar, que me sorprendan. No quiero pensar demasiado en lo que hay dentro de la escotilla o por qué hay un maldito oso polar en una isla tropical. Sí, te lo preguntas, claro. Pero ya. Basta. Porque hay teorías que no me gustan nada. Van a ser verdad, y no quiero. Lo sé, es entretenido e inevitable, también he participado en eso. Pero el exceso de análisis puede matar la diversión.

Pensé que Jon Nieve había muerto. Realmente lo pensé. Al día siguiente entré en Internet y me encontré multitud de teorías que explicaban por qué no podía estar muerto o, si lo estaba, por qué tendría que resucitar. Y eran muy lógicas. Al final asumí que volvería a la vida y, por tanto, cuando (ojo, spoiler) finalmente lo hizo, no me sorprendió. Habría pagado por no haberlo visto venir. Como esa muerte de la semana pasada en Juego de tronos. O como el final de la temporada. Es más, ya tengo una teoría sobre quién se sentará en el Trono de Hierro. ¿Queréis que os la cuente?

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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