‘Ray Donovan’, el héroe atormentado sigue cayendo
Liev Schreiber destaca la intensidad de la quinta entrega. Susan Sarandon se suma al elenco
Con la que ahora comienza, Ray Donovan suma cinco temporadas (hoy se estrena en Movistar Series Xtra). “No sé qué puedo contar. ¿Qué cada vez es más dura? Un día de estos me veo tirándome de un puente. Menos mal que en Los Ángeles no hay tantos puentes”, dice a EL PAÍS Liev Schreiber, el actor que interpreta a ese héroe caído.
Donovan se ha ido hundiendo cada vez más en su pozo personal mientras se veía en medio de crímenes, algunos de su mano, y su labor de confesor y hombre para todo que arregla los problemas de los ricos, famosos o mafiosos de Hollywood. “Esta temporada es especialmente intensa, tanto física como emocionalmente”, prosigue el intérprete (San Francisco, 1967). “Es muy ambiciosa. Pero crucemos los dedos, porque también veo la sexta temporada en el horizonte y eso me hace sentir que hemos cruzado un punto muy importante en la historia de Ray”.
Ni los espectadores quieren más detalles de la trama por adelantado ni Schreiber los va a dar. No podría hacerlo aunque quisiera, pues la forma de trabajar de uno de los guionistas y productores de la serie, David Hollander, es más bien caótica, sin un arco trazado que una todas las temporadas.
La cosa se complica este año, ya que la serie trama arranca con un salto adelante de siete meses sobre el final de la anterior y promete continuos cambios temporales. “Especialmente, los tres primeros episodios son como Rashomon”, comenta en referencia al clásico de Akira Kurosawa (1950). Schreiber, actor metódico y de método, preferiría una estructura más detallada, pero asume el reto. Además, se encuentra bien arropado por un reparto en el que descuella Jon Voight y al que ahora se suma Susan Sarandon. La actriz encarna a Samantha Winslow, jefa de uno de los grandes estudios de Hollywood.
Como el personaje de la actriz aconseja a Ray Donovan en el tráiler de la nueva temporada, “busca lo que más te gusta y deja que acabe contigo”. Schreiber parece haberse tomado demasiado al pie de la letra este consejo, porque en persona no tiene su mejor aspecto. El traje de Tom Ford que viste oculta la forma física en la que solía estar el pasado año, pero su rostro no logra enmascarar el cansancio. “Un mes antes de empezar cada temporada, me pongo en forma, pero a estas alturas de rodaje como lo que pillo”, confiesa mirándose la incipiente barriga.
Más allá de su forma física, se le nota un cansancio emocional. El intérprete se separó el pasado año de la actriz Naomi Watts, con quien compartió 11 años de vida y con quien tiene dos hijos. Schreiber traza paralelismos con las crisis de su personaje de ficción: “Es lo que ha hecho esta temporada más intensa que cualquier otra, los problemas familiares”.
Al contrario que a su personaje, reconoce que se le da fatal solucionar problemas. “Más bien los genero. O me culpo de ello. Debe de ser el sentimiento de culpa judío. O el católico, que tengo sangre de ambos”, apunta con una ligera muestra de humor. No quiere hablar más de sus circunstancias personales y prefiere poner a Donovan como pantalla: “Todos pasamos por estas crisis, y aunque interiorice mucho mi personaje, no soy tan volátil como él. Pero las relaciones son difíciles, en ocasiones confusas, y con carreras del calibre de Naomi o de la mía, la cosa se complica aún más. Menos mal que contamos con algo nada complicado como nuestros hijos”.
De nuevo a por los Emmy
Con la de este año ya son tres las candidaturas al Emmy que ha recibido Schreiber como mejor actor dramático por su trabajo en Ray Donovan (también ha sido cuatro veces candidato al Globo de Oro por este personaje). Ganador de un premio Tony por su labor teatral, la cuna de su carrera, la nueva candidatura televisiva tiene el peso añadido de la familia. La vez pasada llevó a su hijo mayor, Sasha, a la ceremonia y perdió. Ahora le toca a Samuel, al que ya le ha advertido que quizá no gane.
Mucho más relajado en ese sentido fue el paso de la familia por la pasada Comic-Con de San Diego (EEUU) promocionando junto a ellos su trabajo como una de las voces en la película animada My Little Pony: The Movie, lo más lejos de Ray Donovan que puede imaginar. "Tengo que hacer algo que mis hijos puedan ver", se sonríe. "Y aunque yo también pienso que están un poco talluditos para esta película infantil estos días en San Diego he visto hombres hechos y derechos vestidos de My Little Pony", remata encantado con el contraste de su público.
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