Publicidad

Publicidad: "Divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etcétera", definición de la R.A.E. La de Toni Segarra, un tipo que escribe anuncios, como se titula el interesante Imprescindibles emitido el pasado lunes en La 2, "la publicidad es poesía popular, o mejor aún: mala poesía". Dos conceptos diferentes con un objetivo común: vender, y una característica singular del publicista: su ausencia total de egolatría. Segarra, a lo largo de los 54 minutos del programa, se muestra como un hombre afable, lúcido, irónico y, sobre todo, comedido y sencillo.

Hablamos de un tipo desconocido para la mayoría que en 2016 fue elegido por la revista Forbes como una de las 25 personas más influyentes de España, que en el año 2000 fue elegido el mejor creativo español del siglo XX, que ha ganado los más importantes premios de la profesión y que forma parte de la cultura popular sin que lo sepa el pueblo. ¿Se imaginan la petulante matraca que darían la mayoría de los novelistas o periodistas actuales si tuvieran un currículo similar?

Esa mala poesía que es la publicidad suele ocupar el epicentro de las críticas de los antisistemas, jóvenes airados que, por otra parte, no dudan en utilizar los mecanismos que las grandes multinacionales ponen a su servicio para vender sus discursos políticos. ¡Son las contradicciones, estúpidos!, como no deja de ser curioso que se emita el Imprescindibles en honor de uno de los fundadores de la agencia S,C,P,F, dos meses después de que el protagonista decidiera dejar la agencia que creó hace 21 años. Una agencia que ideó anuncios como Mano, para BMW; el Bienvenido a la República Independiente de tu casa, para Ikea; los diálogos de Pep Guardiola con Fernando Trueba, entre otros, para el Banco Sabadell o el del perro Pippin y la necesidad de ver menos televisión que le encargó Pilar Miró, entonces directora general de RTVE.