Participación a la espera de frutos en Cádiz
El Ayuntamiento de José María González ‘Kichi’ abre su gestión cultural a la ciudadanía, aunque oposición y artistas afean los escasos resultados visibles
Cádiz es una ciudad pequeña. A sus 120.000 habitantes les basta con cinco líneas de autobús para desplazarse por los 12,10 kilómetros cuadrados de su término municipal. Eso sí, en su reducida extensión hay hasta un museo dedicado a los títeres, otro a litografías, un centro de cultura iberoamericana y otro más dedicado al arte contemporáneo. El último, conocido como ECCO, es un bello edificio de 3.600 metros cuadrados que constó cuatro millones de euros. Es una de las herencias culturales de Teófila Martínez (PP). Pero cuando Podemos llegó al poder, tras las municipales de 2015, descubrió “que apenas tenía un técnico como personal, no contaba con programación y su presupuesto era ridículo”.
El caso lo narra Eva Tubío, actual concejal de Cultura, para ejemplificar “la anterior inversión en política cultural del ladrillo”, aunque carente de contenido. “Había ganas de cambio, de acabar con todo eso”, relata Fran González, portavoz del PSOE local que apoyó la investidura de José María González ‘Kichi’ como alcalde. La cartera cultural recayó en Ganar Cádiz, partido socio de gobierno de Por Cádiz Sí Se Puede (PCSSP). Dos años después, en el nuevo Ayuntamiento sacan pecho de una gestión cultural que consideran unificada, coherente y participativa. Sin embargo, no todos tienen claro que el ansiado aire fresco haya sido como esperaban.
Nada más llegar, Tubío detectó que la cultura estaba repartida en hasta cuatro concejalías distintas (sin contar con el Carnaval que recae en Fiestas) y “no había política cultural alguna, era una serie de actos sin planificación”. Rescató parte de las competencias y puso a un director al frente, Enrique del Álamo. Además, según la concejal, descubrieron espacios infrautilizados, falta de personal, problemas de mantenimiento y “demasiados servicios externalizados”.
Pero la concejal resalta una carencia: “Había pocos cauces de colaboración entre la delegación y la ciudadanía. Quisimos acabar con eso y hacerlo más participativo”. Se crearon mesas ciudadanas de patrimonio cultural, teatro, música clásica, arte contemporáneo o letras. Tras un año de trabajo, acabaron en la presentación de un Plan Director de Cultura.
En base a él, se está revisando la musealización y programación de todos los espacios; unos 20, entre teatros, salas expositivas y museos. El Centro de Arte Flamenco de la Merced es uno de los ya analizados. Tras abrirlo a nuevas asociaciones, se ha creado una semana del flamenco, como experimento de un futuro festival. El siguiente es el ECCO, donde se va a mejorar la musealización de la colección pictórica de Costus. En las artes escénicas, se ha recurrido a “obras de teatro a caché que permiten tener una programación más alternativa, no solo basado en lo comercial”, añade Tubío.
La actriz Ana López Segovia se muestra convencida con lo logrado: “Es cuestión de tiempo que se vean más frutos. No se les puede exigir tanto, solo llevan dos años”. Pero no todos se muestran tan benévolos. “Aunque se aprecian buenas intenciones, no parece que haya cambios sustanciales”, reconoce Moisés Camacho, presidente de la asociación de defensa del patrimonio ADIP. Cree que aún hay espacios “infrautilizados”. A eso se suman otros aún por hacer, como el Castillo de San Sebastián, el Teatro Pemán o el proyecto del Museo del Carnaval. Por su parte, el pintor Cecilio Chaves pone el foco en la participación: “Me parece bien que se apueste por la cultura de base, pero hay que educar a la gente, no todo vale. Colaboración sí, pero con calidad y criterio”.
Para el socialista Fran González el panorama “es frustrante, porque había muchos proyectos y hoy hay muchas insatisfacciones”. En el PP ya hablan directamente de “vacío cultural”. El concejal y portavoz del PP, Ignacio Romaní, defiende que los espacios culturales que construyeron “han sido vaciados de contenido y abandonados a su suerte”. Además, critican que se recurriese a la colaboración de un gestor cultural en el ECCO que acabó condenado a siete años de prisión por estafa en el ‘caso Afinsa’ (aunque Tubío defiende que “ya no colabora en el centro”).
Entre las actividades perdidas, se encuentra el festival de música clásica Manuel de Falla, con 32 años de historia. Según Cultura estas supresiones responden a la “diversificación” con programaciones alternativas y de otros estilos, todo con recursos limitados. “Jugamos con lo que tenemos distribuyéndolo entre todos”, reconoce Tubío. No es mucho. Actualmente, Cádiz tiene las cuentas prorrogadas de 2016. De sus 163 millones, 8.207.480,52 euros van a cultura, una suma similar a años anteriores. La mayor parte de ese montante son costes fijos, solo 870.000 euros se pensaban destinar a la programación de actividades y 2.920.292 euros a Artes Escénicas. Sin embargo, ambas partidas sufrieron un recorte de 119.000 euros por cambios en la previsión de ingresos.
“La cultura a la derecha no le interesaba porque son ideas, y a la izquierda tampoco porque lo ve como un lujo”, critica el pintor gaditano Benítez Gabriel. Pero en el Ayuntamiento adelantan que los presupuestos de 2017 (aún en aprobación) traerán un aumento de 200.000 euros con los que desarrollarán planes de lectura o de dinamización por barrios. Tubío sabe que aún le queda la otra mitad del mandato para convencer de la validez de su proyecto. Y está dispuesta a lograrlo: “Hay mucha impaciencia y lo entiendo, pero necesitamos tiempo. No he venido para hacer fuegos de artificio, sino para hacer un trabajo desde la raíz”.
A favor y en contra
SON APLAUDIDOS POR... Haber unificado los centros y actividades en una gestión cultural única; crear de mesas de participación ciudadana por ramas artísticas y áreas; redactar un Plan Director de Cultura y crear un Consejo de Cultura; redefinir los usos, contenido y museología de parte de los centros culturales; fomentar el flamenco, el teatro independiente y apostar por festivales menores.
SON CRITICADOS POR... Haber cancelado de parte de la programación de música clásica (Festival Manuel de Falla, Noches Líricas y Música en Cuaresma). Colaborar con un condenado por un caso de estafa por la Audiencia Provincial. La oposición y los colectivos del sector han criticado además la escasa repercusión de los cambios en las actividades culturales de la ciudad.