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La lección del maestro

Juan Manuel de Prada escribe un relato desaforado, apasionado, deslumbrante a veces, irritante otras

Juan Manuel de Prada.
Juan Manuel de Prada.carles ribas

No creo que Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) requiera de una faja como le han puesto a Mirlo blanco, cisne negro, pues la novela —interesante y discutida, que no deja indiferente a nadie— ni es un ajuste de cuentas “conmigo mismo” ni tampoco “con el mundo editorial”. Esta historia de un joven novelista que, recién instalado en Madrid, conoce a un viejo escritor, es algo más, o algo menos, que un ajuste de cuentas. Y lo es en el estilo Prada sin alcanzar a Henry James —tan citado, de ahí el titulillo escogido para esta reseña—.

A cada uno lo suyo. Dejemos a un lado los mandobles que da a diestro —no sé si a siniestro— contra escritores caricaturizados, fácilmente reconocibles, de esta república de las letras en las que él brotó en los años noventa como una de las grandes esperanzas blancas, de las que no se salvan suplementos —como este— y críticos miramelindos y eunucos —literal—.

Dejando a un lado también lo que le pasó con Francisco Umbral, maestro, escritor mayor, en los años noventa, lo que importa en este relato desaforado, apasionado, deslumbrante a veces, irritante otras, enfebrecido siempre es esa reivindicación de la escritura como tósigo, de la literatura como salvación desmelenada, que tiene aquella cosa cervantina de si no se es el primero hay que, por lo menos, morir en el intento.

Más información
Recomienda en Librotea 'Mirlo blanco, cisne negro', de Juan Manuel de Prada

Esto es lo que más me gusta de este desigual combate entre mirlos y cisnes, blancos o negros. Y es que si el joven narrador protagonista se deja arrebatar por la locura de escribir una novela perfecta, y esta no lo es, qué puede pensar —al margen de generaciones kronen, nocilleros y javiermarías a los que ensarta sin piedad— del autor que firma, si el libro en el que aparece él mismo no consigue llegar a los talentos exigidos. Es muy sugerente esta contradicción entre lo que se exige como argumento literario y lo que, al fin, se consigue. (Finalmente, no opino, pero lo subrayo, sobre el tratamiento literario que Prada le da a la mujer, sea profesional editorial o mujer de).

Mirlo blanco, cisne negro. Juan Manuel de Prada. Espasa, 2016. 439 páginas. 21,90 euros.

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