Música No
Lo que queda de la música en televisión ha adoptado la lógica de los realities y los talent shows
Ahí va uno de esos aniversarios que duelen: este año se cumplirán ya dos décadas desde la primera emisión de Música Sí, probablemente el último gran programa de música de la televisión española. Antes de ese plató hubo otros como los de Tocata y Rockopop. Y, por supuesto, La edad de oro, recordado estos días por la muerte su icónica presentadora, Paloma Chamorro.
Recordemos que en Música Sí había actuaciones y público en directo. Mi generación pudo descubrir a bandas españolas que estaban despegando como Dover, Estopa y Astrud. También hubo visitas internacionales como las de Mariah Carey y Texas. Y una de las cosas que más recuerdo: DJ’s pinchando los sábados a mediodía en la tele pública la misma música techno que se bailaba por las noches en las discotecas.
Echar la vista atrás es alentador. Si miramos al presente, el resultado es otro: lo que queda de la música en televisión ha adoptado la lógica de los realities y los talent shows. Parece que su objetivo es descubrir talentos que se desvanecen rápidamente porque no tienen continuidad. Mientras, aquellas horas de televisión de los 80 y 90 siguen nutriendo a la única herencia musical decente que nos queda en la pantalla española: Cachitos de hierro y cromo. Pero la hemeroteca de TVE tiene un límite. No habrá registros de artistas como Beyoncé y Adèle que se puedan rescatar en los recopilatorios del futuro.
Para aquellos a los que les gusta ver música, siempre queda Internet. En plataformas como Netflix y YouTube pueden verse conciertos enteros. El año pasado el festival de Coachella pudo seguirse desde el sofá gracias al streaming. Y, año tras año, los vídeos más populares en YouTube son videoclips. En 2016, Work from Home de Fifth Harmony tuvo más de mil millones de reproducciones en todo el mundo. En España, nuestro favorito fue La Bicicleta.
Mientras, las nuevas bandas de éxito españolas como las Hinds actúan en programas extranjeros como The Late Show de Stephen Colbert. Y nosotros tenemos que conformarnos con verlo en YouTube.
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