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FOTOGRAFÍA

Ellsworth Kelly, geometría natural

Se publica el primer libro dedicado a la fotografía del célebre artista, uno de los exponentes más destacados del arte abstracto del siglo XX

Barn, Southampton, 1968
Barn, Southampton, 1968Ellsworth Kelly, cortesía Matthew Marks Gallery

“Mis fotografías son simplemente registros de mi visión. Cómo veo las cosas” escribe Ellsworth Kelly (Newburgh, Nueva York, 1923- Spencertown, Nueva York, 2015) en el prólogo del primer libro dedicado a su fotografía, Ellsworth Kelly: Photographs. Publicado por la editorial Aperture en colaboración con la Matthew Marks Gallery, el monográfico contribuye a subrayar la importancia que el acto de observar con atención tuvo para el artista, y que tanto en su fotografía como en su pintura, llegó a cobrar más importancia que el objeto observado en sí mismo. Fue probablemente de esa estricta y paciente observación de donde surgió su afinidad por las formas esenciales, que cubiertas por colores puros, le convirtieron en un exponente del movimiento minimalista, así como uno de los pintores abstractos más relevantes del siglo XX.

Shadows from Balcony, Meschers, 1950
Shadows from Balcony, Meschers, 1950Ellsworth Kelly, cortesía Matthew Marks Gallery

Sus fotografías nunca formaron parte del proceso de elaboración de sus pinturas o esculturas, “mis ideas surgen de la observación no de fotografías”, matizaba el artista. El libro abarca cuatro décadas, comenzando por las fotografías que realizó en 1950, cuando pidió prestada una Leica a un amigo y se aficionó al medio. Entonces utilizaba la cámara como un método de anotación de aquello que veía o había dibujado: ramas de unos pinos, alambres en un búnker, sombras que proyectan su geometría en diáfanas paredes, toda aquella experiencia visual que despertaba su instinto de artista. Fue a finales de los sesenta cuando compró su primera cámara y realizó una serie sobre los establos de Bridgehampton, Long Island: “Los establos se relacionaban con mis pinturas en su forma, como una declaración arquitectónica, en la forma en la que dividen el espacio de forma geométrica. Nunca he considerado que mis pinturas fueran arquitectónicas, pero muchas de mis obras brotan de motivos arquitectónicos”, escribe el artista.

Sidewalk, Los Ángeles, 1978
Sidewalk, Los Ángeles, 1978Ellsworth Kelly, cortesía Matthew Marks Gallery

En la obra de Kelly existe un deleite en lo espontáneo, en el hallazgo al azar de efímeras composiciones visuales desprovistas de cualquier cosa que no sea lo esencial. “Me interesan las cosas que cualquiera podría haber visto. Los primeros hombres pudieron haber visto sombras, contornos de forma, y el espacio dimensional, pero no eran de utilidad para ellos”, señala el autor. Pero hay dos aspectos que le interesan en particular: “Uno es la forma en la que un marco – una ventana, una apertura- cambia lo que ves. Se pueden enfocar las cosas de forma distinta, así como enmarcarlas; la visión queda fragmentada. El otro aspecto se refiere a la visión estereoscópica – tenemos dos ojos, y vemos las cosas de forma distinta por cada uno. Es algo muy misterioso, pero tendemos a dar por sentado el aspecto de lo que vemos”.

Fue su madre quien le inculcó su afición a la observación a través de la ornitología. Fue ella también quien le regaló su primer libro de arte, a pesar de que más tarde se sintiera decepcionada cuando su hijo le comunicó su decisión de dedicar su vida a esta disciplina, después de haber formado parte del ejército aliado en Francia durante la Segunda Guerra Mundial y haber sido expulsado. Ingresó en el School of the Museum of Fine Arts in Boston, y más tarde regresó a París Inspirado por la obra de Picasso, Matisse, Arp, Brancussi, Miro y Calder, poco a poco fue depurando sus hieráticas obras expresionistas hasta adentrase en la abstracción.

Hangar Doorway, St. Barthélemy, 1977
Hangar Doorway, St. Barthélemy, 1977Ellsworth Kelly, cortesía Matthew Marks Gallery

A mediados de los cincuenta regresaría a Nueva York para encontrar su sitio entre el pequeño grupo de jóvenes artistas, que instalados en los destartalados edificios de Coenties Slip, rechazaban de lleno la exaltación gestual que caracterizaba al expresionismo abstracto. “No quería un arte que fuese tan subjetivo”, recordaba Kelly en una entrevista con The New York Times en 1996. “Quería escapar del culto a la personalidad”. Y lo hizo a través de una obra que destila orden, quietud, control y austeridad.

Le interesaron los fotógrafos del siglo XIX Timothy O’Sullivan, William Bell, y Carleton Watkins, “Trabajaban con la forma de una manera que nadie lo hacía entonces desde la pintura. Siempre he considerado que su obra trataba sobre la visión”, escribe el artista. Al tiempo que se sentía fascinado por la obra de Eugène Atget, de quien consideraba que utilizó París como excusa para “hacer fotografías que fueron una expresión única y altamente personal de su visión”.

Buscó siempre la cualidad única de aquello que retrataba o pintaba. “Quiso imbuir su arte de la 'naturaleza del objeto', ni abstracto ni figurativo, sino como ello mismo”, escribía Robert Hughes sobre Kelly en su libro American Visions.

“El arte trata de llegar a la verdad, aunque sea de forma intuitiva “, escribe Kelly, quien fiel al espíritu de Edward Weston, observó siempre la naturaleza con el deseo de aprender de ella; de manera que la fotografía resultante no fuese una interpretación sino una revelación, un reconocimiento impersonal del significado de los hechos. ”Me percaté de que no quería componer imágenes, declaraba en 1996 a The New York Times, “quería encontrarlas”.

Ellsworth Kelly: Photographs,  Copublicado por Aperture y Matthew Marks Gallery, 39,75 Euros

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