Los deportes

Hace tiempo que dejé de ver los deportes en los informativos. En especial en cadenas como en Cuatro o La Sexta. De un formato llamativo y que al principio parecía dinámico y entretenido, con un espacio fuera del informativo propiamente dicho, hemos pasado a una sucesión de imágenes repetidas una y otra vez sobre el último peinado de Messi o la penúltima foto que Cristiano ha colgado en su Instagram. Y, francamente, me importa un bledo lo que ambos hagan fuera del campo. El más mínimo gesto de cualquiera de las estrellas en cualquier entrenamiento rutinario se analiza como si fuera la jugada más determinante de la final del Mundial. Si Ronaldo no sonríe, es que está enfadado con el entrenador. Si el argentino se roza la rodilla, es que no está al 100% y hay discusión para una semana.

Entiendo perfectamente que detrás de estos programas hay mucha publicidad y, por supuesto, no hay nada en contra de los profesionales que tienen que hacerlos y montar esos vídeos en los que se usa la misma imagen tres veces a lo largo del informativo para contar de tres formas diferentes lo mismo. Pero es que los deportes se han llenado de morralla y se han convertido en un suplicio. Y lo llamo los deportes por no llamarlo el fútbol, que poco importa que haya noticias de otras disciplinas que todo lo que acompaña al fútbol es lo primordial. Echo de menos (y esto es aplicable a cualquier sección de los informativos) que si un día hay pocas noticias de deportes, el espacio sea más corto y punto, como ocurre en los diarios. Pocas noticias, menos páginas.

Ahora, para ver los resúmenes, los goles, las canastas o los sprints de las competiciones que me interesan, acudo a YouTube (muchos de los canales oficiales de las competiciones cuelgan en seguida todo lo que hay que ver), e incluso en tiempo real en Twitter es fácil dar con vídeos e imágenes de calidad. Hace tiempo que dejé de ver los Deportes en los informativos. Y me encantaba hacerlo.