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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Para siempre

Las verdaderas leyendas nos han regalado tantas cosas que sería absurdo exigirles cuentas

Carlos Boyero

Damos por supuesto que las leyendas se alimentan de exageraciones, adornos, medias verdades, atributos, más relacionados con la divinidad que con la humanidad. También se suprimen las lógicas miserias, no hay mácula en la adoración que sentimos hacia ellas. Las verdaderas leyendas nos han regalado tantas cosas que sería absurdo exigirles cuentas por sus mezquindades.

Y el jueves se largó una de las más grandes, alguien que con sus pies, pero ante todo con su privilegiado cerebro, logró que el fútbol fuera más hermoso, alguien que desafió a las intocables convenciones, haciendo fácil lo difícil, que logró mejoras económicas y derechos para los jugadores, los únicos protagonistas del gran espectáculo, enfrentándose a las mafias que siempre han regido el suculento negocio. Le contaba el impagable Cruyff a Risto Mejide, con esa autoridad desprovista de afectación de los que siempre tienen claro lo que quieren, que cuando a los 16 años jugaba con el primer equipo del Ajax, pero pretendían pagarle como si fuera juvenil, exigió al presidente del club que arreglara su injusta situación. Los jefes fliparon con su adolescente osadía y se lo negaron. Cruyff no discutió. Se largó a su casa. Tuvieron que ir a buscarlo y pactar. Y mantuvo esa postura radical y natural cada vez que pretendieron atentar contra sus principios, cada vez que los burócratas y los mercaderes discutieron su trabajo y su arte.

Además de ser genial (el talento es otra cosa) dentro y fuera del campo, aunque los mediocres solo vieran excentricidad en lo que suponía una gozosa revolución, este hombre poseía ese algo especial que transforma a un superdotado en estrella. Cuentan que incluso chorreando sudor en el campo siempre olía bien. Y ojalá que fuera cierto que Cruyff se negó a jugar con la selección holandesa en el Mundial de Argentina por su consecuente repulsión a la dictadura militar. Supondría el broche a su grandeza.

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