La pastilla

La serie Sin límites (Fox) tiene en una misteriosa droga de diseño, NZT, la clave de su trama. Un joven desnortado, Brian Finch, descubre el enorme poder de la pastilla que permite y estimula el 100% de su capacidad cerebral, lo que le convierte en un fenómeno del que sacará provecho el FBI al utilizar su habilidad para resolver casos complejos. Puede aprender el idioma más exótico en un par de horas o revisar cientos de expedientes en unos minutos. Es la joya de la corona.

Naturalmente, cuando se contemplan los debates de investidura o las tertulias políticas de las cadenas generalistas, lo primero que se echa en falta es un buen suministro de NZT. Han pasado dos meses y medio desde las últimas elecciones y los argumentos de los protagonistas de las mismas siguen siendo exactamente iguales. Gobierno de cambio y progreso, Gobierno del Ibex 35, hemos ganado las elecciones pero los socialistas no nos dejan gobernar, retírese señor Rajoy, no nos fiamos de los socialistas, la izquierda suma más que la derecha, Gobierno a la valenciana... y así día tras día, plató tras plató... y todo parece indicar que así seguirán otros dos meses más.

Mientras tanto Brian Finch, con la ayuda de un reducido grupo de agentes, es capaz de detener a los diez delincuentes más buscados en Estados Unidos en un sólo capítulo de la serie. Eso es poderío. ¿Se imaginan a un parlamentario como Joan Tardà (ERC) ingiriendo una de estas portentosas pastillas? Si ahora, a pelo, es capaz de estar convencido de que sus ramplones argumentos sobre la opresión que sufre Cataluña dejan boquiabiertos a sus señorías, ¿de qué no sería capaz con una NZT entre pecho y espalda? ¿Y el presidente en funciones? Inimaginable escuchar a un Rajoy en el que no se desencuentren las ideas con las palabras o que, incluso, sea capaz de demostrar que hay vida más allá de su fantasiosa tríada: crecimiento, empleo y Estado de bienestar.