Series a por el público juvenil
En los primeros compases de 2016 se han estrenado tres series que tienen en común el género fantástico, y las tres orientadas hacia un tipo de público juvenil sin ningún tipo de disimulo: Shadowhunters (en Netflix), Las crónicas de Shannara (en TNT) y The Magicians (en Syfy desde el 3 de febrero). Las tres son adaptaciones de sagas literarias y las tres son muy conscientes de a qué tipo de espectadores se dirigen y, aunque tratan de ampliar el abanico de edades, no les importa dejar al resto fuera siempre que conquisten a su público. Las dos primeras parece que ya han logrado su objetivo: Shadowhunters llegó a ser uno de los temas más comentados en Twitter en España el día de su estreno y Las crónicas de Shannara fue el mejor estreno de la historia de TNT en España. Público e interés hay. Ahora viene lo complicado, que es mantenerlos atados a las series hasta el final.
A pesar de que puedan tener en común público, género y su origen como adaptación de sagas literarias de éxito, estamos hablando de tres series muy diferentes entre sí. Shadowhunters, que ya tuvo un primer intento de adaptación en la gran pantalla que resultó un fracaso, sigue la historia de una joven que, al cumplir 18 años, descubre que vivimos rodeados de criaturas míticas (demonios, vampiros...), seres invisbles para todos pero que ella puede ver gracias a sus cualidades como cazadora de sombras. Un mundo de seres que cambian de forma y con diferentes poderes se abre ante sus ojos mientras intenta entender cómo es esa otra realidad que su madre había mantenido oculta hasta ahora y escapa del peligro en el que se encuentra.
Más allá del argumento, una de las curiosidades de Shadowhunters es su distribución. La serie, emitida en Estados Unidos en el canal Freeform (hasta hace nada conocido como ABC Family), fue comprada por Netflix para su distribución mundial. Y así es como llega a España, a través de la plataforma online. Pero, mientras que Netflix suele colgar las series una vez que ya está toda la temporada emitida, en este caso se salta su propia norma (ya se ha saltado en otros países con anterioridad pero en España es la primera vez) para ir colgando los capítulos a razón de uno por semana, con lo que se abre a competir con el ritmo semanal de las cadenas tradicionales y se salta uno de los principales problemas de su modelo de distribución. En cuanto a la serie, juega con ese mundo de seres humanoides fantásticos y chicos y chicas guapos (que visten de cuero y con ropa ajustada en cuanto entran a formar parte de ese mundo fantástico) y una trama enrevesada con malos muy malos y buenos de los que no sabes si fiarte.
Las crónicas de Shannara se adentra en la fantasía épica más pura. Una producción bonita, luminosa, colorida y cuidada (está grabada en Nueva Zelanda y eso tiene que lucirse en pantalla) con seres mitológicos y humanos en una historia que mezcla aventuras con un triángulo amoroso y cierto mensaje social de fondo. En este mundo mágico en el que tiene lugar la acción, los tres protagonistas tratarán de evitar la destrucción por parte de los demonios después de que el árbol Ellcrys, que mantenía a los demonios atrapados, haya empezado a morir.
Con cierto aire a El señor de los anillos (referencia de la que presumen, lógicamente), a pesar de ser muy conscientes de a qué tipo de público se dirigen, en Las crónicas de Shannara hay ambición por algo más a través de una producción a la altura de lo que se quiere lograr. Puede que el argumento no atrape a cierta parte del público, o que a sus elfos les falte carisma, pero es incuestionable que se trata de una producción ambiciosa que quiere huir del cartón piedra de este tipo de ficciones (aunque, todo hay que decirlo, a veces no lo consigue del todo).
Por último, The Magicians se vende como una especie de Harry Potter en la Universidad. Y algo de eso sí tiene, pero pierde ese punto naif y tierno que tenían el niño mago y sus amigos. La historia está ambientada en una facultad secreta especializada en magia. El protagonista, un chico brillante pero asocial, se enfrenta en el primer capítulo a las pruebas de acceso a esta institución, pruebas que supera, para su sorpresa. Su mejor amiga también intentará ingresar pero no tendrá tanta suerte y seguirá un camino diferente en el desarrollo de sus poderes. El joven irá descubriendo que lo que leía en sus libros favoritos de la infancia era realidad y que un serio peligro acecha a la humanidad.
The Magicians trata de ser la apuesta más adulta de las tres que comentamos en este post, pero peca de tomarse demasiado en serio a sí misma. El primer capítulo, en el que se presentan a los protagonistas y la escuela de magia, se hace largo pero consigue sus mejores momentos cuando entra en juego la magia y, sobre todo, con su final. Sin embargo, por el camino puede perder el interés de parte de los espectadores.
Tres series de fantasía con tres propuestas diferentes para tratar de atrapar a un público, el juvenil, nada fácil de conquistar pero que, una vez ganado para la causa, es muy fiel y agradecido.
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