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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Monjitas

Nacho Medina acaba de presentar un nuevo programa en Cuatro, 'Soy noticia', título coherente porque, efectivamente, él es la omnipresente noticia

Ángel S. Harguindey

Frank de la jungla tuvo su momento de gloria. Era un programa distinto, de un naturalismo heterodoxo con un protagonista simpático y mal hablado que enganchó a los más jóvenes. Su fiel escudero, Nacho Medina, era una especie de Dr. Watson hipocondríaco y temeroso. La pareja funcionó durante un tiempo hasta que, ley de vida, cada uno tiró por su lado. Frank sigue en Discovery y Nacho Medina acaba de presentar un nuevo programa en Cuatro: Soy noticia, título coherente porque, efectivamente, él es la omnipresente noticia.

Si hubiera alguna duda sobre el efecto banalizador de la televisión en la información pura y dura sólo hace falta ver este programa para comprobarlo. Reportaje sobre un convento de clausura de unas simpáticas monjas. La hermana Sara, exboxeadora y con un par de tatuajes en sus antebrazos. La hermana Inma, cuatro años en una banda de heavy metal. Sólo faltaba un tigre para que fuera un homenaje a Pedro Almodóvar. El reportero debió de considerar que todo eso era poco y se llevó de partenaire a Tamara Falcó (“un día, a las siete de la mañana, llamé a mi padre asustada y le dije: papá, vamos a ir todos al infierno”, les contó a las 28 carmelitas samaritanas en la cotidiana tertulia). Un dato sin analizar: hace años había casi 7.000 monjas de clausura. En la actualidad son 250. El último que apague la luz.

Soy noticia se adentró en el terrible problema de la inmigración ilegal y eligió el caso del niño Abou: 25 minutos encerrado en una maleta hasta que fue descubierto en la aduana de Ceuta. ¿Tratamiento informativo? Nacho Medina se encierra en un cajón con ventilación durante 25 minutos y con la supervisión de una médica y un experto en fobias. Comentó que “tenía la sensación de estar en una mazmorra” cuando en realidad era un ataúd. Sudó mucho, se deshidrató algo y quiso vendérnoslo como la gran epopeya de la busca de El Dorado. Objetivo cumplido.

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